Viernes, 30 de enero de 2009 | Hoy
18:37 › LUEGO DEL ACCIDENTE DE AYER
El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, anunció hoy la rescisión del contrato con la empresa Dynacell que realizaba el mantenimiento del servicio de ascensores tras el incidente ocurrido ayer, mientras el gobierno porteño realizó controles en el lugar. De los siete heridos, sólo dos quedaron internados en observación en el Centro Médico Fitz Roy.
"Con la secretaría de Obras Públicas estamos acordando la contratación con otra empresa que haga el mantenimiento y la rescisión con la actual, Dynacell", dijo González.
El funcionario informó que los peritajes a cargo de los bomberos en el ascensor que cayó "se realizaron hoy" y manifestó que "de esa manera, la semana próxima podríamos reabrir la biblioteca".
"En el curso de este año se realizará una nueva licitación para reformular todo el sistema de ascensores", expresó el funcionario tras el accidente ocurrido ayer cuando un ascensor cayó tres pisos y dejó siete personas heridas.
González consideró "penoso" el accidente y dijo que los cuatro ascensores del edificio "no cuentan con la habilitación correspondiente desde hace 20 años".
Por su parte, inspectores del gobierno porteño realizaron controles en el edificio para verificar el funcionamiento de los ascensores en la sede de la Biblioteca Nacional.
Fuentes de la Agencia Gubernamental de Control del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informaron que "en noviembre de 2008 se hicieron controles y se intimó a realizar mejoras". "Cada edificio privado o público tiene que tener una empresa de control de ascensores y después, por su parte, el gobierno puede controlarlos", manifestaron las fuentes consultadas.
Ayer, siete personas sufrieron heridas de diversa consideración tras caer hasta el subsuelo uno de los ascensores de la Biblioteca Nacional, que tenía fallas de funcionamiento y no contaba con la habilitación correspondiente.
Del total de afectados, una mujer fue internada en una sala de cuidados intermedios y un hombre quedó alojado por prevención en terapia intensiva en el Centro Médico Fitz Roy, del barrio de Palermo, tras ser derivados desde el Hospital Rivadavia.
Fuentes de la clínica privada revelaron que el paciente sufrió un "fuerte traumatismo de cráneo", mientras que la otra víctima quedó en observación por contusiones recibidas durante la caída.
El resto de los heridos, la mayoría de los cuales también fue asistido en el Hospital Rivadavia, del barrio porteño de Palermo, fueron afectados por golpes y lesiones que no demandó más que asistencia ambulatoria.
En esa oportunidad, el director de la Biblioteca reconoció que el ascensor que cayó desde el primer piso al segundo subsuelo había registrado antes problemas y que tanto ese elevador como los otros tres que tiene esa institución nunca fueron habilitados.
Sin embargo, durante una conferencia de prensa que dio frente a la sede, el funcionario relativizó la gravedad de la situación al expresar: "No estoy conforme con el funcionamiento de los ascensores, pero no estoy de acuerdo con describir el hecho con tinte de catástrofe. Yo viajo en ascensor".
El funcionario salió así al cruce de una denuncia del delegado de la Biblioteca enrolado en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Juan Domingo Pignataro, quien denunció que se produjeron, en el corto plazo, tres hechos similares desde noviembre.
El sindicalista reclamó "la anulación de la licitación y el cambio de la empresa de mantenimiento de los ascensores" y cuestionó a las autoridades por el riesgo que enfrentan el público que visita el lugar y los mismos empleados.
González admitió que "los ascensores funcionan mal en la Biblioteca" y aseguró que está dispuesto a asumir "responsabilidades".
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