Con actos similares en otros santuarios marianos del país y puntos de convocatoria como el Monumento a la Bandera en Rosario, el acto cívico-religioso comenzó con el encendido de un cirio y el rezo de una oración por la Patria, gesto que los organizadores invitaron a repetir en cada hogar, como símbolo de "una luz nueva de esperanza para la Argentina".

"A la Virgen le pedimos la gracia de saber trabajar por la Patria, hacerla crecer en la paz y concordia que nos da el sentirnos hermanos, desterrando todo odio y rencor entre nosotros", exhortó Bergoglio en la misa, que fue concelebrada por una veintena de obispos, entre ellos el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, y el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, y un centenar de sacerdotes.

En su homilía, el titular del Episcopado pidió a la Virgen que cuide "a los más olvidados" del país y sostuvo que "no tenemos derecho a agacharnos, a bajar los brazos llevados por la desesperanza", en tanto que llamó a "recuperar la memoria de esta Patria que tiene madre", en referencia a la Virgen de Luján.

Con el lema "Con María, construyamos una Patria para todos", la misa culminó con la entrega de un ejemplar de la Constitución nacional a la Virgen, con un pedido a los presentes de "cumplirla y venerarla, y demandar su cumplimiento a los gobernantes".

El acto continuó con el testimonio de creyentes cristianos y de otros credos, y luego se presentó un diálogo sobre los valores de la patria a cargo del fraile Mamerto Menapace y el cuentista Luis Landriscina.

Luego, el director ejecutivo del Departamento de Laicos, Justo Carbajales, leyó un 'Manifiesto de la esperanza', en el que señaló que "entrando al Bicentenario y, no habiendo superado las fallas que nos corroen, una amarga sensación de desánimo y mezquino individualismo nos embarga".

No obstante, expresó que "late en la Patria toda una tenue esperanza" y exhortó a "comprometernos en este inicio del Bicentenario a que en nuestra Patria salga a la luz una esperanza transformadora, hacia una nación argentina que incluya dignamente a todos sus hijos".

A modo de compromiso ciudadano, Carbajales ratificó la convicción de los laicos en favor de la "dignidad intocable de la vida humana, el valor de la transparencia y la honestidad, el respeto de las leyes, el fortalecimiento de las instituciones republicanas, el federalismo, el diálogo social, la participación ciudadana, la importancia esencial de la educación y el trabajo digno".

También abogó para que "no haya más hermanos nuestros que tengan hambre o estén excluidos", que las políticas de inclusión social "tengan como eje el fortalecimiento familiar" y que "se promueva el matrimonio como realmente es, una comunidad estable de vida y amor entre una mujer y un hombre", en rechazo al proyecto de matrimonio gay que obtuvo media sanción de Diputados esta semana.

Luego de la lectura del manifiesto, se presentó un acto de la obra teatral "Belgrano, El Musical", a cargo del grupo Banuev y con música de Angel Mahler, y en el cierre se cantó el Himno Nacional argentino.

Participaron del acto los caminantes de la Asociación de Peregrinos a Pie a Luján, que partieron ayer desde la Basílica de San José de Flores de Capital, así como delegaciones de parroquias, colegios, movimientos y asociaciones de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, quienes portaban banderas argentinas y coloridos carteles, así como veteranos de Malvinas.

En forma simultánea, el acto se realizó en distintos centros de devoción mariana del país como Itatí en Corrientes, Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, Guadalupe en Santa Fe y la Virgen del Valle en Catamarca.

También se realizaron actos similares en las catedrales de las ciudades de Salta, Jujuy, La Rioja y San Juan, como así también hubo actos en el monumento a la Bandera de Rosario, en el monumento a San Martín de la ciudad de Neuquén y en Bariloche, entre otros puntos del país.