Viernes, 11 de febrero de 2011 | Hoy
18:46 › EL úLTIMO FARAóN
El vicepresidente Omar Suleimán confirmó que Hosni Mubarak entregó el gobierno a las Fuerzas Armadas, bajo el mando del ministro de Defensa, Mohammed Hussein Tantawi. El ex mandatario abandonó El Cairo junto con toda su familia y se refugió en el balneario turístico de Sharm el Sheij, en el Mar Rojo. Más de un millón de personas colman la Plaza Tahrir y celebran la dimisión del dictador que llevaba más de 30 años en el poder. Según el canal Al Arabiya, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas disolverá el gobierno y el Parlamento.
"El presidente Mohamed Hosni Mubarak ha decidido renunciar a su cargo de presidente de la República y ha encargado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país", comunicó el vicepresidente Omar Suleiman en un breve discurso en la televisión estatal. Una explosión de júbilo sacudió varias ciudades de Egipto, donde ondearon banderas nacionales y estallaron fuegos artificiales, según las imágenes televisivas difundidas por las cadenas de noticias qatarí Al Jazeera y la estadounidense CNN.
Durante los 18 días de protestas, al menos 300 personas murieron y miles fueron heridas en los enfrentamientos con la policía y los partidarios del ahora ex mandatario, indicó Naciones Unidas. A lo largo de las casi tres semanas de protestas, el ex presidente tuvo que realizar varias concesiones, como la de nombrar un vicepresidente (el primero en 30 años), echar a su hijo Gamal de la conducción política del Partido Nacional Democrático (PND) y renunciar a su sexta reelección.
Un desempleo del 9 por ciento y el aumento de los alimentos, sumado a un régimen que reprimía todo signo de oposición, fueron los factores que desencadenaron la revuelta. El Ejército -institución a la que pertenecían Mubarak, su antecesor Anwar El Sadat, y Suleiman- se negó a reprimir a los civiles que manifestaban. Cuando las tropas salieron a la calle, en el cuarto día de reclamos, fueron bien recibidas por los opositores. Ayer mismo un general declaró en la Plaza Tahrir que las exigencias de los manifestantes se harían efectivas.
Además de las protestas y la falta de apoyo castrense, el ex presidente también recibió reclamos por parte de la Casa Blanca, el principal aliado que tuvo a lo largo de tres décadas y principal proveedor de insumos militares. La revuelta en Egipto comenzó luego de que un joven profesional tunecino desocupado se prendiera fuego en Túnez y desatara una ola de protestas contra el mandatario Zine El Abidine Ben Ali, quien renunció luego de 23 años en el poder.
El mensaje del vicepresidente duró apenas treinta segundos, y Suleiman comenzó y terminó encomendándose a Dios. Según informó el canal Al Arabiya, el mando supremo del Ejército disolverá el gobierno y el Parlamento. El alto consejo militar pretende ejercer el poder junto con la cúpula del Tribunal Constitucional egipcio.
En tanto, el anuncio fue recibido con gritos de júbilo en la plaza Tahrir, centro neurálgico de las protestas de las últimas semanas. Gritos por toda la plaza, corros de alegría, cánticos y el agitar de banderas predominan en el lugar.
"Es el día más feliz de mi vida", celebró el opositor y Nobel de la Paz Mohammed El Baradei, citado la cadena británica BBC. "El país ha sido liberado", afirmó. El 25 de enero empezó en Egipto una ola de protestas -inspiradas en la revuelta de Túnez y convocadas en su mayoría vía internet- en demanda de reformas políticas y económicas y de la dimisión de Mubarak. Mubarak empezó imponiendo el toque de queda, cambió el gobierno, prometió reformas y anunció que no se presentaría a las elecciones presidenciales de septiembre, pero no logró con ello acallar las protestas y hoy respondió a las exigencias de los manifestantes renunciando al poder.
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