Antes de su renuncia, prevista para el próximo 28 de febrero, miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro escucharon al Papa en una de sus últimas apariciones públicas, por lo que el pontífice aprovechó para solicitar: "Rezad por mí y por el próximo Papa".

En su tradicional intervención dominical, Ratzinger subrayó la importancia de la Cuaresma, un período de reflexión para los católicos, y exhortó a los fieles a "redescubrir la fe en Dios" como base de "la vida y de la Iglesia".

La renuncia del Papa anunciada el lunes pasado además de significar una decisión sin precedentes en la historia moderna de la Iglesia Católica parece cerrar un ciclo respecto de la disputa entre la línea más conservadora de la jerarquía católica, de la que Ratzinger fue un fiel funcionario, ante los avances de los obispos progresistas.

Tras el inesperado anuncio del pontífice alemán se abre la vía a la celebración del cónclave de 117 cardenales para elegir al nuevo Papa y que podría empezar a mediados de marzo. Entre los candidatos a suceder el más alto cargo del orden católico aparece el cardenal argentino Leonardo Sandri.