El corte del gasoducto al que ayer obligaron más de un centenar de los llamados "bagayeros", en la sede de la empresa Transredes de la localidad boliviana de Yacuiba, fue superado ayer, sostuvo Quintana, en referencia a la protesta de pequeños comerciantes de ambos países que se consideran perjudicados por las recientes medidas de la AFIP para frenar el contrabando fronterizo.

"Quiero despejar toda susceptibilidad de corte en el aprovisionamiento de gas boliviano a la Argentina. Esta mañana en una operación de las fuerzas de seguridad de Policía y el Ejército se retomó un puesto de distribución, unas instalaciones donde existen válvulas para la provisión de energía a la Argentina", destacó.

No obstante, pobladores del departamento boliviano de Tarija iniciaron una huelga de 24 horas en solidaridad con los "bagayeros".

El funcionario boliviano insistió, en declaraciones a FM La Isla, que "no existe duda en cuanto a la provisión de gas de Bolivia a la Argentina", que llega a 7,7 millones de metros cúbicos diarios.

"Por el contrario -agregó- creemos que con el gobierno argentino estamos construyendo relaciones inéditas que giran en torno a la comercialización de gas".

"Argentina no tiene que temer. Bolivia es un país confiable, tenemos problemas internos porque estamos saliendo de un período de transición", manifestó en referencia a la conflictiva nacionalización de los hidrocarburos que está encarando el gobierno de Evo Morales.

Las causas de este corte, iniciado ayer, indicó, son de "naturaleza social, que se traducen en este tipo de presiones como la toma de válvulas o instalaciones", que son movimientos "pacíficos", dijo.

Quintana explicó que el malestar se funda en que en la Aduana argentina se "les habría impuesto pagos de 5 a 10 (pesos)bolivianos para el pase de la frontera" lo que les impide comerciar libremente.

Pero el funcionario estimó que, junto con las autoridades argentinas, se logrará "superar estas dificultades".

Además, relató que los "bagayeros" de ambos países "se oponen a la construcción de un puente moderno que permita la mayor transitabilidad y mejor control" porque se verían "controlados en su comercio informal".

Por eso, en el marco de los mismos reclamos, los trabajadores de ambos lados mantienen cortado desde el jueves último el puente internacional que comunica Salvador Mazza, en Salta, con Pocitos, en Bolivia.

Por su parte, Raúl Sigarán, dirigente de la Unión de Trabajadores Desocupados de Salvador Mazza, una de las instituciones en las que se agrupan los comerciantes "hormiga" del lado argentino, reclamó la intervención del gobierno de Néstor Kirchner en el conflicto.

El dirigente señaló que "bagayeros" argentinos participaron ayer del movimiento que presionó a Transredes para que cortara el gas a la Argentina y lo justificó al señalar que fue "para tener la atención de nuestro gobierno, del gobierno de Kirchner para que vengan acá al igual" que los funcionarios bolivianos que fueron enviados por el presidente Evo Morales y hoy iniciaron conversaciones con los manifestantes.

A raíz de esa medida, destacó a radio Mitre, "creo que ahora vamos a ser escuchados".

Fuente: DYN