El presidente Néstor Kirchner faltó hoy a un acto de entrega de viviendas en la villa La Cava, partido de San Isidro, que por la ausencia del jefe del Estado debió ser encabezado por el gobernador bonaerense, Felipe Solá.

Durante el desarrollo de la ceremonia se escucharon gritos y silbidos hacia el intendente local, Gustavo Posse un radical afín a Kirchner, provenientes de vecinos y agrupaciones de izquierda que denunciaron que la entrega de las casas se había realizado "a dedo".

Cuando el acto había comenzado y el jefe del Estado permanecía en la Rosada, en Gobierno dijeron que Kirchner se encontraba en una audiencia privada.

En tanto Posse, quien se mostró dispuesto a "pagar el costo político" por el incidente, negó que la ausencia de Kirchner se hubiera debido a este hecho.

Los problemas comenzaron a poco de que el intendente hablara en el palco montado en Tompkinson y Rolón, en Beccar, donde está enclavada la villa.

El jefe comunal debió hacer esfuerzos para tapar los silbidos y gritos que provenían desde un sector del público, ubicado cerca del escenario y que portaba pancartas con leyendas como "Posse ladrón", "chorro" y "no al fraude".

"Es posible que sea gente que no pertenece al lugar, o que cree que mediante esta presión van a lograr que interceda para darle vivienda a ella, y en realidad no doy ninguna vivienda: ni el Presidente, ni el gobernador, ni el intendente, ni un concejal, ni nadie", aclaró.

Según dijo, "la vivienda la da una mesa de integración que la integran instituciones del obispado, sociólogos, organizaciones de pobladores y de las sociedad de fomento, así como juntas vecinales de los alrededores".

En relación al incidente, que en su interpretación se debió a la reacción que generó esta nueva forma de entrega de viviendas, explicó que "es parte de una cultura vieja en la que no participo, y pago el costo de esta reformulación".

En cuanto a la ausencia de Kirchner, aclaró que "no estaba seguro de que viniese. Nosotros hicimos el intento hasta el día de ayer, pero no estaba previsto", insistió.

Por su parte, Solá explicó que "hay un grupo de personas que se ubica estratégicamente y tiene miedo de que no le den las casas, e interrumpen permanentemente. Estamos acostumbrados a eso", según dijo.

Prefirió destacar, en cambio, que "en uno o dos años más no va a haber falta de viviendas para nadie, porque no está en el ánimo de nadie perjudicar a nadie".

Antes, durante su discurso, intentó apaciguar los ánimos cuando concluyó diciendo: "quiero darles un abrazo fraterno a todos, a los que están de acuerdo y a los que no están de acuerdo".

En el acto, del que también participó el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, funcionarios nacionales e intendentes de partidos cercanos, se entregaron 420 viviendas dentro de una etapa que comprende 3.200 unidades de la zona y 16 mil en todo el Gran Buenos Aires, que se levantan con aportes del Estado nacional.

En ese marco, Solá prometió que "dentro de cuatro o cinco años no hablaremos más de las villas".

Fuente: DYN