Bush propuso ayer que los 15 países que más contaminan en el mundo se reúnan y determinen hasta finales de 2008 una meta de emisiones de gases que producen el efecto invernadero.

El comisario de Medio Ambiente de la UE, Stavros Dimas, dijo en un comunicado que el plan de Bush "básicamente repite la línea clásica de Estados Unidos sobre el cambio climático: no contempla reducciones obligatorias de emisiones y sólo expresa vagos objetivos".

Esas medidas "se han demostrado ineficaces para reducir las emisiones", agregó el texto, citado por el diario español El País.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, criticó la falta de ambición del plan Estados Unidos -el principal emisor de gases de efecto invernadero-, país que no forma parte del protocolo de Kyoto contra el cambio climático.

En una entrevista publicada por la edición alemana del diario Financial Times, Barroso dijo que "está claro que necesitamos una posición más ambiciosa por parte de Estados Unidos" en la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global.

De hecho, asegura que esa política "no tiene futuro", que en el Congreso estadounidense ya se aprecia "un apoyo visible a propuestas más ambiciosas" y que en 2009, tras el mandato de Bush, espera avances de cara al periodo post-Kyoto, ya que el tratado expira en 2012.

El plan Bush, que será presentado a los socios del Grupo de los 8 -los países más ricos del mundo- en la cumbre que se celebra la semana próxima en la localidad alemana de Heiligendamm, incluye la celebración este año de una conferencia de los 15 países más contaminantes del mundo -Estados Unidos, China e India-, así como medidas como la eliminación de aranceles para el intercambio de tecnología medioambiental.