La alemana, de 86 años, falleció en un hospital después de que la fiscalía austriaca reabriera la investigación de su caso en enero, tras una solicitud de las autoridades polacas.

Wallisch está acusada de varios crímenes durante su trabajo en el campo de concentración de Majdanek, en la localidad polaca de Lublin, entre octubre de 1942 y enero de 1944. La mujer se trasladó a Vienal terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su nombre figura registrado como criminal nazi en las listas de organizaciones judías. Según el centro de documentación Simon Wiesenthal en Jerusalén, los supervivientes del campo de concentración nazi de Majdanek la califican de sádica y aseguran que seleccionaba a las víctimas que enviaba a la muerte.

Wallisch fue procesada en Viena en los años 70, pero la acusación no pudo demostrar, por falta de pruebas, que participara directamente en los asesinatos. Otros delitos directos que se le imputaban habían prescrito según la legislación austriaca de aquella época.