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En una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Casaes señaló que "hoy no es un día de celebración de la democracia" en el continente porque persiste la crisis en Honduras.

El diplomático brasileño formó parte de la misión de cancilleres y representantes de 12 países del continente americano, España y Naciones Unidas, que anteayer viajó a Tegucigalpa para promover el diálogo entre las partes y que tuvo que regresar con las manos vacías respecto de la firma de un acuerdo.

"Reconocemos que el progreso es difícil o imposible" en Honduras. No obstante, aseguró que "mantenemos la esperanza" de que el gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti y el depuesto presidente Zelaya lleguen finalmente a un acuerdo que resuelva la crisis.

Micheletti insistió en que abandonará el poder si Zelaya también se aparta e indicó que las elecciones generales del 29 de noviembre no se van a detener, "salvo que nos invadan".

Zelaya, por su parte, afirmó que "la comunidad internacional debe actuar con firmeza porque Micheletti quiere quedarse más tiempo en el poder" y afirmó que su régimen quiere hacer elecciones "a sangre y fuego, al estilo de Afganistán".

Mientras tanto, los barrios más populares de Tegucigalpa se mantienen en pie de lucha con la realización de marchas, sobre todo por la noche, en las que plantean en primer lugar la restitución del presidente Zelaya y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.