"Hemos vivido junto a ustedes la peripecia política y vimos con satisfacción que la presencia del pueblo, su expresión, su libre consulta dieran como consecuencia el nacimiento de un nuevo gobierno y la elección de un nuevo presidente. Por eso queremos ofrecerle nuestra colaboración", aseguró el mandatario de Perú, Alan García, a su par hondureño, Porfirio Lobo, que llegó a Lima luego de una fugaz permanencia en Colombia, el otro país suramericano que lo reconoce en el cargo.

Las 24 horas que Lobo permaneció en la capital peruana bastaron para que García le ratificara su apoyo y su reconocimiento como legítimo presidente de Honduras: "No tenemos las condiciones para descalificarlo, como pretenden algunos", sostuvo el presidente peruano.

Salvo Perú y Colombia, el resto de los países de América del Sur cuestionan que Lobo ocupe la presidencia en Honduras por haber accedido al cargo a través de elecciones realizadas tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, en junio de 2009.

García recalcó que el mandatario hondureño fue elegido "por una amplia mayoría" en una elección "con récord de participación" y que fue reconocido por "Estados Unidos, la Europa unida y otros países del continente" americano. "Ningún rasgo ideológico puede separarnos de lo que decidan los pueblos", remarcó en un discurso público dirigido a Lobo.

Para los analistas, su visita a Perú y Colombia es un intento de reforzar los lazos con sus aliados y mostrarse menos solo en el panorama continental, además de un esfuerzo por captar experiencias, atraer inversiones peruanas hacia su país y firmar acuerdos de cooperación, tal como el mandatario hondureño adujo.