Al menos 97 fueron los casos en que estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán fueron beneficiados con notas fraudulentas. Según el informe que las autoridades de la facultad presentaron ante el fiscal federal Carlos Brito, ése es el número de veces que se comprobó que un alumno ausente o bochado en un examen –tal como constaba en las actas confeccionadas por los profesores– aparecía luego como aprobado con cuatro en el sistema informático.

La cantidad de estudiantes involucrados en las irregularidades, sin embargo, podría ser menor: algunos de ellos fueron detectados con notas falsas en más de una materia. Hasta en dos y en cuatro asignaturas. El informe presentado anteayer por el decano José Luis Vázquez, acompañado por copias de los libros de actas, detalla todo el proceso que sigue el registro de notas, la inscripción de alumnos a los exámenes libres, la confección de los analíticos y, finalmente, la emisión de los títulos.

Mientras avanza la causa –en manos del juez federal Mario Racedo–, en la universidad se está instrumentando un sumario para determinar la posible responsabilidad del personal de la Dirección Registro de Alumnos. De los 25 empleados del sector, once fueron sumariados y separados de la dirección. Según se comenta, los cambios efectuados sobre las notas originalmente incorporadas al sistema informático se realizaron usando una misma clave de acceso. Sólo ocho de los empleados poseían clave. Además, se sospecha que el fraude –coima mediante– incluía la posterior adulteración de las actas. De otro modo, difícilmente hubiera podido superar el cotejo entre ambos registros (papel e informático) que se realiza antes de expedir diplomas. A menos que se contara con una supervisión también cómplice.

Con 16 mil alumnos, 380 docentes y 180 no docentes, la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT es una de las más grandes del noroeste argentino y ofrece tres carreras de grado: Abogacía, Notariado y Procuración.