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Considerando su origen, lo que el líder judío norteamericano Henry Siegman tiene para decir acerca de la fundación de Israel en 1948 y del actual asalto a Gaza puede sorprender. De 1978 a 1994, se desempeñó como director ejecutivo del Congreso Judío Americano (AJC, por sus siglas en inglés), una de las “tres grandes” organizaciones judías de Estados Unidos, junto con el Comité Judío Americano y la Liga Anti-Difamación. Nacido en Alemania, tres años antes de que los nazis llegaran al poder en 1933, la familia de Siegman se mudó a los Estados Unidos. Su padre era un líder del movimiento sionista europeo que impulsó la creación de un Estado judío. En Nueva York, Siegman estudió la religión y más tarde se convirtió en jefe del Consejo de Sinagogas de Estados Unidos. Después de su paso por el AJC, Siegman se convirtió en un alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. Ahora se desempeña como presidente del Proyecto Estados Unidos/Oriente Medio. A través de los años, Siegman se ha convertido en un fuerte crítico de las políticas de Israel en los Territorios Ocupados y ha instado a Israel a comprometerse con Hamas. Ha calificado la lucha palestina por un Estado como “la imagen en el espejo del movimiento sionista” que llevó a la fundación de Israel en 1948. Recientemente escribió un artículo titulado “Israel provocó esta guerra”.

–¿Podría caracterizar la situación en Gaza en este momento?

–Sí, es desastrosa. Desastrosa en términos políticos, es decir, la situación no puede concebirse más allá del corto plazo. No puede conducir a ningún resultado positivo, a una mejora en la vida de cualquiera, israelí o palestino. Y, por supuesto, que es desastrosa en términos humanitarios por el tipo de masacre que está teniendo lugar allí. Cuando se piensa que esto es necesario para que Israel sobreviva, que el sueño sionista se basa en la masacre repetida de inocentes a una escala como la que estamos viendo en estos días en la televisión, debe causar una profunda crisis en el pensamiento de todos los que estaban comprometidos con el establecimiento del Estado y de su éxito. Conduce prácticamente a todo un replanteo de este fenómeno histórico.

–Cuando usted dice que Israel podría terminar con la violencia poniendo fin a la ocupación, Israel dice que no ocupa Gaza.

–Eso es, por supuesto, un completo disparate, y por varias razones. En primer lugar, Gaza está controlada por completo, al igual que Cisjordania, ya que está totalmente rodeada por Israel. Israel no podría imponer el tipo de estrangulamiento en Gaza si su ejército no la rodeara, y no sólo en el territorio, sino también en el aire, en el mar. Nadie allí puede hacer el menor movimiento sin que entren en contacto con las fuerzas de defensa de Israel. Por lo tanto, no me encontré con nadie que sepa de derecho internacional y me haya sugerido que para el derecho internacional Gaza no se considera ocupada. Así que eso no tiene sentido. Siempre me he preguntado, y esto tiene mucho que ver con mis propios puntos de vista cambiantes sobre las políticas de los gobiernos, no sobre el Estado judío en tanto Estado judío, por la responsabilidad del pueblo por lo que hace el gobierno, porque ellos ponen a los gobiernos en ese lugar. Por lo tanto, la pregunta que me hago: ¿Y si la situación fuera al revés? Hay un dicho talmúdico que dice: “No juzgues a tu prójimo hasta que no puedas imaginarte a ti mismo en su lugar”. Mi primera pregunta cuando me ocupo de cualquier asunto relacionado con la cuestión palestino-israelí: ¿Y si estuviéramos en su lugar? ¿Y si la situación fuera al revés, y la población judía fuera encerrada y se le dijera: “Aquí tienen, menos del 2 por ciento de Palestina, así que ahora se comportan. No más resistencia. Nosotros nos encargamos del resto”? ¿Hay algún judío que podría haber dicho que esta es una propuesta razonable, que dejemos nuestra resistencia, nuestro esfuerzo por establecer un Estado judío, al menos en la mitad de Palestina que está autorizada por la ONU? Nadie estaría de acuerdo con eso. Dirían que esto es absurdo. Estoy hablando acerca de la resistencia como un concepto, no de los cohetes, si están o no justificados. No lo están. Creo que el lanzamiento de cohetes que van a matar a civiles es un crimen. Pero que los palestinos intenten, en todo lo que puedan, poner fin a este estado de cosas, y esperar de ellos que pongan fin a su lucha y sólo se centren en menos del 2 por ciento para construir un país es absurdo. Eso es parte de la propaganda, no es un debate sobre la política o la moral.

–A principios de este mes prometió castigar a los responsables de la muerte de Mohammed Abu Khdeir, el adolescente palestino que fue quemado vivo tras el asesinato de los tres jóvenes israelíes. Pero Netanyahu hizo una distinción entre Israel y sus vecinos, a los que llamó “asesinos”.

–Bueno, la única diferencia que se me ocurre es que en Israel convirtieron a los jefes de los dos principales grupos terroristas pre estatales en primeros ministros. Así que esta distinción que intenta proyectar es simplemente falsa. No es verdad. Las cabezas de los dos grupos terroristas judíos, dicho sea de paso, comenzaron en la etapa pre estatal los ataques contra civiles, que los grupos árabes los siguieron.

* De Democracy Now! de Estados Unidos. Especial para Página/12.