Juan Martín Del Potro sigue de racha. En Nueva York, en su torneo favorito, ese que sueña ganar desde chico, el tandilense se impuso 6-3, 6-4, 6-3 en poco más de dos horas al japonés Kei Nishikori y se clasificó por primera vez en su carrera para los cuartos de final de un Grand Slam. Además, estiró a 23 sus triunfos consecutivos. Para seguir alimentando su sueño, Del Potro se enfrentará en la próxima instancia a Andy Murray, vencedor del suizo Stanislas Wawrinka en tres sets. “Estoy contento por ganar un partido muy difícil. El físico no estaba diez puntos, pero había que ganar. Arranqué muy duro, pero me fui soltando y terminé muy bien”, comentó el argentino, que ganó su primer partido en tres sets del certamen.

Los primeros tres games no daban para ilusionarse. Desconectado e impreciso, el tandilense fallaba con todos sus golpes, mientras que el japonés lucía enchufado, con mucha movilidad y con la aceleración que le había permitido superar a David Ferrer. Así, en apenas quince minutos consiguió un quiebre –lo entregó el argentino con una doble falta– y se colocó 3-0. Pero más allá de la diferencia, lo malo era que el juego de Del Potro no aparecía.

Sin embargo, tras ese cambio de lado, el argentino pareció otro. En realidad, volvió a ser el jugador que llegaba con cuatro títulos seguidos y una racha de 22 triunfos consecutivos. Desde la potencia de su saque, Del Potro empezó a enderezar el trámite. Primero ganó confianza tras ese mal comienzo. Y luego aprovechó la primera oportunidad que tuvo para recuperar el quiebre y enseguida empatar 3-3 con su saque.

Entonces, con el juego igualado, el que empezó a mandar en la cancha fue Del Potro. Por un lado, porque su saque funcionó a pleno, lo que le otorgaba puntos gratis o le permitía mantener la iniciativa de los puntos. Y también porque el japonés bajó un poco la velocidad de su pelota, argumento suficiente para que el argentino se sintiera más cómodo y obligara a Ni-shikori a pegar más incómodo o a la carrera. Así fue que del rápido 0-3 inicial, Del Potro muy pronto lo convirtió en el 6-3 que le dio la primera gran ventaja en el partido. Para ello fue fundamental la efectividad que tuvo en los break points, ya que aprovechó tres de los cuatro de que dispuso.

Distinta fue la historia en el segundo parcial. Es que si bien el argentino continuó con la iniciativa, ya no estuvo tan fino con sus golpes ganadores. De esa manera, aumentó su número de errores no forzados. Para colmo, también bajó el porcentaje de primeros saques. Y por eso, no pudo aprovechar los dos quiebres que logró sobre el servicio de Nishikori, incluso cuando sacó 5-3. Sin embargo, el japonés tampoco estaba con la confianza plena y dilapidó un 40-0 para igualar en 5-5, con lo que entregó el segundo set con el sexto quiebre que sufrió en el partido.

El golpe de efecto que significó perder el segundo set de esa manera resultó demasiado para el chico de 18 años. Más tranquilo, Del Potro pudo recuperar la seguridad en su servicio. Y en cuanto se le presentó la primera ocasión, logró el quiebre que resultaría decisivo. Luego, más allá de los nervios, supo que el negocio estaba en no equivocarse, ya que el japonés lucía cansado, errático y desmoralizado. Sin desesperarse, Del Potro mantuvo la firmeza en su saque y cerró el partido con una derecha invertida.

Ahora, Del Potro se medirá en cuartos de final con Murray (6º).

Mientras Murray y Wawrinka disputaban su partido de octavos, Del Potro habló sobre ambos. Con el suizo tiene un historial desfavorable de 2-0, tras la caída en Umag en 2006 y la derrota en la segunda ronda del último Wimbledon. Ante quien finalmente será su rival, Murray, Del Potro perdió por abandono en la primera ronda del Masters Series de Roma. “Me tienen de hijo, así que será difícil”, aseguró con una sonrisa pícara tras la victoria. Será un buen momento para cambiar esa estadística.