En la noche de la ilusión, de las luces y de la vuelta al amor por la Selección, hubo un jugador que facilitó todo eso. Un futbolista que cada vez que la tocó, metió miedo. Generó riesgo y fue una amenaza constante de gol. Porque Lionel Messi (9) estuvo encendidísimo, imparable y muy lúcido para destellar todo su brillo que encandiló a los venezolanos que no lo pudieron parar nunca. Hizo el primero de los cuatro goles, tuvo participación en el segundo y casi mete el quinto para cerrar una noche perfecta. Mostró todo su potencial y dejó en claro algo: la 10 no le pesa.

Desde el chiquitín, que es un futbolista gigante, surgieron las jugadas más claras de Argentina. Pero también fueron decisivos en la construcción de la goleada Carlos Tevez (7), autor del segundo tanto, y el implacable Javier Mascherano (7). Lo del mediocampista del Liverpool ya es algo habitual, es el patrón del mediocampo. Impasable como pocos se transforma en la columna del equipo. Mientras que Tevez, más cómodo sobre la derecha, exigió durante todo el partido, tanto que exhausto por correr de un lado a otro terminó siendo sustituido con alguna molestia física.

Sergio Agüero (6) (hizo el cuarto) tuvo una actuación aceptable. No más de eso. Recostado como 9 se perdió entre los dos centrales y tuvo que tirarse demasiado atrás con la idea de recibir la pelota. Jonás Gutiérrez (6) y Maxi Rodríguez (6) tuvieron sus altos y bajos. El Galgo comenzó siendo bastante prometedor con sus idas y vueltas por la banda izquierda, pero terminó diluyéndose, porque siendo derecho le costó bastante manejar la pelota. Rodríguez fue más completito: cuando la situación lo requirió se ubicó como lateral derecho, y sin la obligación de llegar tanto arriba, anotó el tercer gol.

De la defensa quedará una sensación rara. Porque casi ni se tuvieron que esforzar. Gabriel Heinze (6), Marcos Angeleri (5), y Javier Zanetti (6), de gran corrida en la jugada previa al primer gol, fueron ordenados. Sin embargo, no puede hacerse un análisis completo, lo mismo que con Juan Pablo Carrizo (6), porque Venezuela, con su escaso poderío, no lo permitió. La misma sensación dejó Fernando Gago (5). Más adelantado fue el encargado de hacer circular la pelota, por momentos, pero estuvo impreciso.

Cuando Juan Sebastián Verón (5), Angel Di María (5) y Diego Milito entraron, el partido ya estaba definido. Por eso no fueron determinantes en el desarrollo, el partido de las luces, y la vuelta al amor por la Selección.

Informe: Nicolás Sagaian.