Viernes, 3 de abril de 2009 | Hoy
DEPORTES › JUAN MARTIN DEL POTRO BATIO A RAFAEL NADAL EN MIAMI
El tandilense logró el mejor triunfo de su campaña al superar en tres sets al número 1 del mundo y clasificarse a las semifinales del Masters 1000 después de un partido vibrante que duró tres horas y terminó 6-4, 3-6, 7-6 (7-3). Hoy a las 20, contra el escocés Murray.
Juan Martín Del Potro demostró que ya está para dar el salto con los mejores. Para estrenar el quinto puesto en el ranking mundial, la mejor posición de su carrera, el tandilense venció 6-4, 3-6, 7-6 (7-3) al español Rafael Nadal y consiguió la mejor victoria de su carrera. Fue su primer triunfo sobre el número uno del mundo en el quinto enfrentamiento para meterse en la semifinal del Masters 1000 de Miami. Esta noche, a partir de las 20, se enfrentará con el escocés Andy Murray, que venció 6-1, 6-2 al español Fernando Verdasco.
En los cuatro partidos anteriores, Del Potro no había podido sacarle ni un set a Nadal, el último hace dos semanas en Indian Wells. Y parecía que el juego de ayer en el Crandon Park iba en ese camino cuando el español se llevó el primer juego sin ceder ni un punto. Pero Del Potro se propuso afirmarse en sus games de saque, para que el partido no se le escapase demasiado pronto. Así aguantó un 40-40 iguales para colocarse 1-1, levantó un 0-30 con tres aces para empatar 3-3 y sobrellevó un break point antes de igualar 4-4. Hasta allí, el argentino lastimaba con su potencia y con una alta efectividad de primeros saques. Pero lo más importante es que se dio cuenta de que Nadal estaba vulnerable, cometiendo algunos errores en bolas que habitualmente no falla.
Pero para confirmar esa presunción era importante ratificarlo en el marcador. No pudo cristalizar la primera oportunidad que tuvo en el séptimo game, pero en el noveno lo logró con una derecha cruzada a la línea, luego de que Nadal salvara un tiro que para cualquier otro jugador hubiese sido punto. A esa altura, el español lucía fastidioso, con quejas por los errores cometidos.
El arranque del segundo set fue una continuación del primero. Con la misma solidez, Del Potro logró un quiebre rápido para irse 2-1 arriba. Sin embargo, perdió concentración, bajó sus porcentajes de primeros saques y comenzó a cometer errores no forzados que hasta allí no había tenido. Esa circunstancia más el crecimiento del número uno motivaron que Nadal se llevara ocho de los nueve juegos siguientes. Con esa racha, el español se quedó con el segundo set y se colocó 3-0 en el tercero, con dos quiebres sobre el saque de Del Potro.
Parecía que hasta allí llegaba la resistencia del argentino. Era un paso adelante, teniendo en cuenta que era la primera vez que complicaba a alguno de los mejores tenistas del mundo, una materia pendiente en su currículum. Sin embargo, no se dio por vencido. Sin desesperarse, volvió al partido y aprovechó un bajón de Nadal, que probablemente también sintió que la victoria estaba cerca.
Entonces, en ese segmento apareció la mejor versión del argentino. Con mucha actitud, con dominio de la situación y sin titubear en los momentos clave, Del Potro recuperó de inmediato los dos quiebres para igualar 3-3 en el set decisivo. Incluso evitó que Nadal volviera a romperle el saque en el game siguiente, para luego mantener con solvencia el servicio hasta el final del parcial. Así llegó al duodécimo game, donde vivió una circunstancia especial. Tuvo un doble match point, pero Nadal demostró su clase para salvarlos con un ace –venía de una doble falta– y un punto muy bien jugado. Generó un tercero, pero el español lo levantó con otro servicio ganador, para luego forzar el tie break.
Y allí, con la mentalidad ganadora de Nadal como obstáculo, Del Potro rindió su materia pendiente con todos los honores. Jugó con autoridad, dominó el trámite de los puntos y hasta luchó contra la mala fortuna, cuando una devolución regalada de Nadal tocó la faja y cayó muerta del otro lado de la red. Pero el tandilense estaba convencido de que era su día. Insistió en su juego, recuperó el porcentaje y la efectividad con su primer saque y se colocó 6-3, para lograr otros tres match points. Sin embargo, sin importarle que enfrente estaba Nadal, Del Potro jugó el punto con convicción. Por eso, cuando la derecha del español se estrelló en la red, el argentino apenas levantó los brazos, señaló a su cuerpo técnico y se fue a saludar a Nadal. Nada estridente, como si ganarle al número uno del mundo fuera algo de todos los días. No lo es, pero por fin Del Potro (se) demostró que puede lograrlo.
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