Viernes, 3 de abril de 2009 | Hoy
EL PAíS › SE CUMPLEN DOS AÑOS DEL ASESINATO DE CARLOS FUENTEALBA EN NEUQUEN. EL RECUERDO DE SU ESPOSA
El 4 de abril de 2007, el profesor Carlos Fuentealba fue fusilado por Carlos Poblete, un policía de Neuquén que fue condenado. La compañera de Fuentealba, Sandra Rodríguez, encabeza la lucha para que la Justicia alcance a los responsables políticos.
Por Elio Brat
Desde Neuquén
Pasaron dos años del asesinato de su esposo y nunca pensó en irse de la provincia donde la tragedia tocó fuerte a la familia que juntos formaron hace casi 20 años. Si bien desde el primer momento de ese 4 de abril del 2007 no dejó de reclamar justicia, hasta el momento no pudo volver a las aulas como maestra de nivel primario. En medio de recuerdos y horas difíciles por un nuevo aniversario del asesinato de Carlos Alberto Fuentealba, Sandra Rodríguez, su mujer, volvió a exigir lo que hace 24 meses no deja de reclamar: justicia. A su esposo lo mataron en medio de un conflicto entre el gobierno de Neuquén y su gremio.
–¿Cómo vive esta situación donde en su provincia se repite un conflicto que ya lleva cinco semanas?
–Me provoca mucho dolor y preocupación. Me trae muchos recuerdos previos al 4 de abril del 2007. Uno quisiera que estas situaciones de conflicto cambiaran y que, por supuesto, hubiera una voluntad de apertura desde el gobierno. Obligan siempre a los docentes a estar en una situación de confrontación y no de diálogo.
–¿Quedó conforme con la condena al ex cabo José Darío Poblete en julio del año pasado?
–Sabemos que la condena a cadena perpetua al autor material Darío Poblete significó el primer paso para lo que llamamos justicia completa. En el marco de eso continuamos con una campaña nacional e internacional para que los autores que fueron partícipes necesarios, como el (ex subsecretario de Seguridad) señor Pascuarelli, y los ex jefes policiales Soto, Salazar, Rinzafri, Matus, entre otros, sean imputados y condenados. Asimismo, el que dio la orden y planificó estaría adentro de lo que nosotros llamamos el autor mediato. Me refiero al ex gobernador Jorge Sobisch.
–A dos años del asesinato en Arroyito, ¿la gente se olvidó de Carlos?
–A mi entender, la gente que ha estado llevando siempre la bandera en contra de la impunidad, por el juicio y castigo a todos los responsables, realmente creo que no se olvidó. Lo que sí veo es que existe un sector político gubernamental que intenta obstaculizar la justicia, como lo han hecho el juez (de la causa Fuentealba 2 Cristian) Piana y el fiscal Velasco Copello. Y aclaro que esta gente estuvo y vio todas la pruebas que se mostraron en el juicio Fuentealba 1, donde se escucharon los testimonios reales de lo que sucedió. Creo que esa gente y esos funcionarios sí tienen la intencionalidad de que se olvide a Carlos.
–¿En la Argentina cambió algo después de ese asesinato?
–Sí, creo que cambió algo después del asesinato de Carlos en la Argentina. Pero siempre pensé que tuvo que ver con la gente que se sintió sumamente identificada, no solo con la vida de Carlos sino también con lo que tiene que ver con el derecho a manifestarse ante un reclamo salarial y en defensa de la educación pública. Creo que esa gente ha hecho un cambio porque sabe que el principio fundamental es la vida, que es indiscutible y que es algo que nos va a unir siempre en la lucha por justicia. Pero el sector más institucional es muy reticente y en eso considero que los derechos constitucionales hoy, en democracia, no están totalmente garantizados. Por lo tanto este homicidio tiene un carácter muy marcado: es un fusilamiento en democracia.
–¿En algún momento volverá a dar clases?
–Desde el punto de vista psicológico no me encuentro en situación de volver a dar clases. Tengo la vocación docente pero espero en algún momento volver a recuperarme... No sé si en algún momento podré volver a dar clases en el sistema educativo, pero de alguna forma trataré de ejercer lo que con tanto esfuerzo he hecho con respecto al arte, que es lo que todavía no he podido ejercer.
–¿Sigue creyendo en la Justicia?
(Piensa.) –Seguir creyendo en la justicia argentina... todavía está por verse. Tengo esperanzas de que no solamente se haya producido un cambio en relación con lo que es defender la vida, sino que realmente se abran las puertas para que la justicia acá en Neuquén y en el resto del país sea equitativa.
–¿En algún momento pensó en irse del país con sus hijas?
–No me fui del país porque realmente creo que ésta es una lucha no sólo mía ni de mis hijas, sino también de una sociedad entera que está reclamando justicia. En pos de eso veo la necesidad de quedarme, por lo menos hasta llegar a las instancias del juicio de la causa Fuentealba 2. Sí pensé en muchos momentos, durante estos dos años, en irme del país con mis hijas en el marco de que no siento muchas veces tener las garantías de una justicia que sea realmente justa y que tenga que ver con el derecho de la víctima.
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