Domingo, 3 de enero de 2010 | Hoy
DEPORTES › CONFLICTOS IRRESUELTOS QUE DEJó EL 2009 Y QUE PERMITEN LEVANTAR AGOREROS VATICINIOS
Algunos podrían resolverse con indudable beneficio para la actividad deportiva, pero la mayoría goza de pronóstico reservado.
Por Gustavo Veiga
El año 2010 rebalsa de buenos deseos, de expectativas siempre renovadas y tiene un plus de atracción adicional porque se trata de un número redondo, el del bicentenario y también el del Mundial de Fútbol. Pero esos pronósticos se desvanecen un tanto si tomamos en cuenta los conflictos irresueltos que dejó 2009, que bien podrían provocar lo contrario: vaticinios agoreros para lo que se viene, que no es poco, en nuestro popular deporte. Un rápido relevamiento admite diez problemas que se desplegaron como un torbellino en los últimos meses del año que acaba de irse. El bicentenario es la señal de esta época. Los argentinos y el fútbol daremos cuenta de nuestras miserias y desencuentros sin privarnos de esa pasión que es gritar un gol. Pese a todo.
El abrazo de aquella noche en Montevideo, con la clasificación para Sudáfrica en el bolsillo, no fue el de San Martín y Belgrano, ni selló nuestra independencia de los miedos que supimos conseguir. Los ojos desorbitados del doctor Bilardo (en retiro efectivo como médico y entrenador) y la iracunda actitud de Maradona hacia los periodistas borronearon el significado de esa estrecha demostración de afecto en el Centenario. Los unía más que el amor, el espanto. Separados por recelos mutuos, por funciones conferidas que se superponen y los distanciaron más, terminaron 2009 en medio de un chisporroteo que amenaza con transformarse en un incendio de Selección. Esa que es el bien más preciado de la AFA y que siempre cuesta mantener con bajos índices de contaminación en vedettismo y disputas por espacios de poder.
La relación entre Maradona y Bilardo parecería sin retorno. Cuando el DT defiende a Alejandro Mancuso, su fiel ladero de la última etapa, cuando se levanta del sector ejecutivo en el avión que lo traía de regreso desde Barcelona a Buenos Aires para evitar al manager, cuando las usinas propaladoras de sus amanuenses esparcen la tesis de una contraofensiva furibunda, es porque Maradona cortó mano y cortó fierro. La cuestión por dilucidar es qué dirá el tercer protagonista en esta novela: Julio Grondona. Por lo pronto, la ruptura entre los dos pesos pesado que él designó para suceder en tándem a Alfio Basile exige que ponga la casa en orden. Y no para desearnos un segundo Felices Pascuas. Ya sabemos cómo nos fue cuando lo dijo el ex presidente Raúl Alfonsín desde la Rosada.
La vuelta olímpica en Abu Dhabi, el gol a Estudiantes en la final del Mundial de Clubes y el premio que lo destacó como mejor jugador del planeta reforzaron las presiones premundialistas sobre Lionel Messi. 2010 puede ser para el delantero del Barcelona el año de la reconciliación con la Selección o el de la exacerbación de las pasiones contra él. Sus éxitos y grandes rendimientos en el mejor equipo del mundo no se compadecen hasta ahora con sus irregulares desempeños en el seleccionado. Fiarse de las comparaciones con el Maradona futbolista fue lo peor que pudo haberle pasado y a quienes lo endiosaron. Es muy difícil bajar de ahí arriba.
Que Messi juegue –lo que mejor sabe hacer– y nadie crea que él es Mariano Moreno en la Revolución de Mayo. No merece que se lo eleve a la categoría de héroe nacional cuando apenas tiene 21 años y tampoco es justo que se lo someta al escarnio cuando en Barcelona está rodeado de un gran equipo y en la Selección no se sabe quiénes ni cómo lo rodearán.
Hinchadas Unidas Argentinas es un emprendimiento de Marcelo Mallo, un puntero kirchnerista de Quilmes, que fogonea una idea lamentable: financiar a varias barras bravas para que asistan al Mundial de Sudáfrica con apoyo oficial. Con sólo mencionar que Pablo “Bebote” Alvarez, líder de la pesada de Independiente, es el tesorero de la ONG que lleva aquel nombre pretencioso, se explica el engendro jurídico que les dará cobertura a estos muchachos, pregoneros de angelicales ondas de amor y paz. En el año del bicentenario, sólo les faltaría repartir escarapelas, como French y Beruti.
El martes 29, esta organización inauguró su nueva sede en Junín 154, del barrio de Congreso. Mallo habló allí de que tendrán sponsors para solventar el traslado de unos 500 hinchas acomodados al país de Nelson Mandela. Bajo el slogan “La misma pasión sin violencia” y acompañados por Esteban González, el ex delantero de Ferro y Vélez, Bebote y otros barras ya avanzaron bastante en aquel sueño frustrado que no pudo cumplir el Negro Thompson –un ex jefe de los bravos de Quilmes– en 1982: viajar al Mundial de España. La barra K, como apareció publicitada con distintas banderas en las diferentes categorías de nuestro fútbol, flaco favor le hace a la memoria de los muertos, que en la historia del fútbol suman de a cientos. El profesor Otto Adang, un especialista holandés en el tema de la violencia que estuvo en 2009 en Buenos Aires, se sorprendió por la fluida relación que existe entre las barras bravas del fútbol y el sistema (políticos, dirigentes, policías) y dijo que, en la Argentina, está el peor problema. Cuando se fue, todavía no se hablaba de Hinchadas Unidas Argentinas. ¿Qué diría si se entera ahora de la iniciativa?
Ya es un clásico. La disputa por el reparto del botín, simbolizada en quiénes se apoderan de los estratégicos paraavalanchas, deparó muertos, heridos, detenidos y sentenciados en las dos principales barras bravas. En la Doce, Mauro Martín consolidó su poder como líder mientras Rafael Di Zeo estuvo preso. Ahora que este último salió del Penal de Ezeiza en vísperas de la Navidad, tras cumplir una condena por coacción agravada, la interna podría recrudecer. No sería por metas elevadas, ni para emanciparse de la corona española, como en 1810.
En Los Borrachos del Tablón todo está, en apariencia, más tranquilo. Desarticulada su plana mayor tras el asesinato de Gonzalo Acro, varios barrabravas esperan un juicio. Recién se los volvió a mencionar para las elecciones en River que ganó Daniel Passarella. Distintas versiones señalaron cómo se mimetizaron unos y otros cerca de los candidatos. Hay alerta máxima para 2010.
Los dos socios que marcaron una época, entre 1991 y 2009, son por ahora adversarios irreconciliables. Las secuelas que dejó la ruptura unilateral del contrato televisivo todavía no pueden mensurarse en su totalidad. Mientras la AFA avanza hacia la formación de un multimedio propio que probablemente se anunciará el 25 de mayo próximo, cuando se realicen los actos del bicentenario, Televisión Satelital Codificada (TSC), del Grupo Clarín, todavía no se repuso del anuncio del 20 de agosto. Ese día, la presidenta Cristina Kirchner y Grondona se sentaron juntos en el escenario del predio de Ezeiza, mientras Maradona aplaudía el nuevo contrato firmado hasta 2019 ante lo que parecía un Cabildo abierto. Así era presentado el programa Fútbol para Todos “a fin de permitir el acceso libre y gratuito por televisión abierta en todo el territorio de la República Argentina” de las imágenes del torneo de Primera. A cambio, el Estado terminará de pagar 600 millones de pesos en junio.
A esta jugada audaz e impensada un par de meses antes –la AFA negociaba con TSC un aumento de 230 a 268 millones de pesos anuales–, en el sector empresario le responden: “No hay tiempo que nos corra. Los juicios se van a hacer, aunque no son algo inminente”, comentó una fuente de TyC, el socio principal del Grupo Clarín en el que fuera su preciado tesoro del fútbol televisado. Este partido se seguirá jugando en 2010 con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como fondo.
Con el advenimiento del nuevo contrato entre la AFA y la Jefatura de Gabinete de Ministros se agudizó un conflicto como consecuencia del conflicto principal. El G6, la sigla con que se identifica al grupo de los seis clubes grandes (Boca, River, Independiente, Racing, San Lorenzo y Vélez), se resistió al sistema de reparto de los 600 millones de pesos que propuso Grondona, que en este caso se salió con la suya, porque es el presidente de la Primera Junta. El viejo dirigente tiene razón en apoyar a las instituciones pequeñas, pero más a las del Ascenso, que siempre recibieron migajas.
El orden establecido para distribuir los 600 millones de la TV es: 415 para los clubes de Primera, 70 para la B Nacional, 35 para la Primera B, 3,5 millones para la C, 1,5 para la D y 12 millones para el Torneo Argentino A y las Ligas del Interior. Otros 28 millones irían a la tesorería de la AFA para cubrir gastos administrativos y de organización de sus campeonatos. Lo que falta, unos 35 millones que completan los 600, se aplicarán a gastos, pero de cada una de las divisionales. El G6 pretendía quedarse con entre el 83 y 90 por ciento del nuevo contrato.
Desde que hay otro statu quo y TSC ya no es la dueña del negocio, el G14 que reúne a los restantes clubes de Primera quiere hacer valer parámetros de distribución como las buenas campañas de los equipos y las administraciones más transparentes de los clubes. El G6, en cambio, pone sobre la mesa de negociación el poder de convocatoria y lo que deviene de él: las mayores audiencias televisivas y el marketing, el bendito marketing que hace más vendible a una camiseta de Boca y River que a una de Godoy Cruz o Arsenal. Esta puja continuará en 2010 y lejosquedó de estar saldada.
Desde que a mediados de septiembre de 2009 el árbitro Javier Collado acusó –sin nombrarlo– a un asistente suyo de haber sido comprado, el ambiente del fútbol se volvió irrespirable de sospechas de corrupción. La AFA investigó o investiga a cinco referís por presunto enriquecimiento ilícito (Pablo Lunati estaría entre ellos), echó a Aníbal Hay, su RR.PP. para los árbitros porque Cristian Faraoni lo denunció por presiones para favorecer a San Lorenzo, el secretario general de la Asociación Argentina de Arbitros, Alejandro Toia, admitió que la actividad está con las “defensas bajas”, y el Tribunal de Disciplina no cerró todavía dos viejos expedientes con denuncias por tentativas de soborno ocurridas en 2003 y 2005. Las habían hecho los referís Luis Bongianino y Jorge Ferro.
“Me terminé enterando después de un partido que había sido arreglado. Lo más lamentable es que fue alguien de mi entorno, un asistente. Pero a mí nadie me dijo: ‘Collado, hay tanto para que ganés’. Yo creía que no pasaba pero lamentablemente pasó y me golpeó”, le dijo el juez tucumano radicado en Córdoba al periodista Tomás Dagna, quien le grabó una extensa entrevista. El árbitro sugirió que le habían tendido una cama, hecho que el colega desmintió con la grabación de la nota.
Esta situación, sintetizada en las tribulaciones de Collado, quien se considera un “cadáver arbitral”, no mereció un pronunciamiento firme de la AFA que, al optar por el silencio, dejó abierto un abanico de sospechas sobre todos los árbitros en general.
La temporada 2008-2009, según los registros de la AFA, fue la segunda peor del decenio comprendido entre 1999 y 2009. En Primera se vendieron un total de 1.822.529 localidades generales, que sólo superaron a las que se colocaron en el período 2001-2002, con una de las peores crisis de la historia del país como escenario (apenas se llegó a 1.810.465). Las cifras de la última temporada lejos quedaron de la 2004-2005 (se comercializaron 2.681.680 populares) y acentuaron una caída que ya había evidenciado el período 2007-2088 con 1.979.001 boletos.
El promedio de entradas vendidas de la última temporada que registra la memoria y balance de la AFA fue de 4796 populares por encuentro y apenas superó a la de 2001-2002, que registró 4764. La venta de plateas también se ubicó entre las cuatro peores de las diez temporadas más recientes. En el fútbol a nadie parece importarle este declive, que cada vez aleja a más público de las canchas. Con un Mundial de por medio, la tendencia podría agravarse.
Una muestra clave de higiene mental, una señal de que no todo huele a podrido en estas tierras, es el juicio que se sigue contra el ex presidente de San Lorenzo Fernando Miele, por defraudación por administración fraudulenta contra su club. Jamás una causa había ido tan lejos contra un dirigente futbolístico que presuntamente perjudicó a la institución que gobernaba.
Omnipotente como nadie en las décadas del ’80 y ’90, hizo lo que quiso durante 15 años (14 de diciembre de 1986-28 de diciembre de 2001), pero podría terminar en prisión con hasta seis años de condena. El Tribunal Oral Nº 25 lo está juzgando por ocho hechos, como por ejemplo el pago de una comisión por el pase de Sebastián Abreu a La Coruña, la cesión de Gustavo Campagnuolo a Racing o el desvío de fondos en beneficio propio o de terceros provenientes de recaudaciones y el descuento de documentos a tasas usurarias.
Su caso debería ser un paradigma en las situaciones de corrupción que atraviesan los clubes. Juan Carlos Temez es el único dirigente que permanece en la conducción de San Lorenzo de los dos que firmaron la denuncia contra Miele en 2002. Alberto Guil cumplió su único mandato como presidente y se alejó del club. Pero no dudó en llevar a juicio a su antecesor. Daniel Passarella tiene por delante la oportunidad histórica de determinar lo que pasó en River entre 2001 y 2009, durante los peores ocho años de su vida institucional, económica y deportiva. José María Aguilar, el ex presidente, podría seguir el camino de Miele si se aportan pruebas y testimonios que lo incriminen.
Mauricio Macri contra Carlos Bianchi, Diego Maradona contra los periodistas que la siguen mamando, Alejandro Mancuso contra el espectro de Carlos Bilardo, Roberto Abbondanzieri contra el técnico de la Selección, los veteranos contra los más jóvenes, los dirigentes contra los entrenadores, los entrenadores contra los jugadores, los jugadores contra los árbitros, los árbitros contra Jorge Romo, la policía contra los hinchas, los hinchas contra las camisetas de colores ajenos... Entre todos, hacen de nuestro fútbol nativo una actividad estresante. 2010, seguramente, nos entregará más de este combo que, como en el tango de la película, suele ser feroz. Tan feroz como frívolo en ese círculo multitudinario que Dante Panzeri describió mejor que nadie. En el año del bicentenario, a los argentinos futboleros: ¡Salud y un poco de tolerancia, que bien falta nos hace!
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