DEPORTES › BOXEO HEILAND PERDIO ANTE ZBIK EN HAMBURGO

Al Gauchito le faltó eficacia

 Por Daniel Guiñazú

A la tenacidad y el empeño de Jorge Sebastián Heiland les faltaron calidad y eficacia. Por eso, su sueño de alcanzar la media corona de los medianos del Consejo Mundial quedó inconcluso. Sin nada para discutir, el imbatido campeón alemán Sebastian Zbik lo derrotó ayer por puntos en fallo unánime al cabo de doce asaltos disputados en el H2O World Stadium en Hamburgo, Alemania, y además, lo dejó sin su invicto.

De todos modos, es poco lo que se le puede criticar al Gauchito de Pigüé. Dio sobre el ring todo lo que de él se esperaba. Apeló a su boxeo de presión y ataque constante, pero nunca, a lo largo de los 36 minutos de acción, alcanzó a desalinear a Zbik quien, echando mano a un boxeo especulativo y peleando la mayor parte del tiempo de contragolpe, aplicó los mejores golpes de la noche alemana, los más sólidos y vigorosos.

Tampoco vaya a creerse que Zbik (72,300 kg) ejerció un dominio neto o que le llegó a fondo a Heiland (72,000 kg). Pero su derecha en partida lanzada a fondo a menudo sorprendió al zurdo rionegrino, aunque radicado en la provincia de Buenos Aires. Y del 8º asalto en adelante, colocó algunas buenas izquierdas cruzadas y derechas por línea interna, más justas que poderosas. De Heiland, cuesta recordar alguna buena mano. Lo mejor de su parte se concentró en los rounds 5º y 6º cuando trabajó con mayor soltura y continuidad y repartió bien su metralla tanto a la cabeza como a los planos altos, si bien Zbik alcanzó a bloquearle la mayoría de sus envíos.

Sabedor de que estaba por detrás en el puntaje de las tres tarjetas (los parciales se anunciaron al público al final de la cuarta y la octava vuelta), Heiland apuró el ritmo de la pelea por encima de su fatiga. Pero no pudo llegarle con claridad a Zbik, que haciendo lo justo y necesario y sin consumir demasiadas energías, arribó al cierre con ventajas que los jurados supieron reconocerle. El francés Robin Dolpierre y el húngaro Bela Florian lo vieron ganador por 117 a 111. El italiano Luigi Muratore dictaminó 116-111 a su favor.

Acaso, a Heiland su primera chance mundialista le haya llegado demasiado prematuramente, a los 23 años y con sólo 16 peleas en su haber. Pero así son las nuevas reglas del boxeo de hoy. Los que antes era aprendices, a la espera de su mejor momento, hoy son aspirantes o incluso campeones. Arriesgó e hizo una pelea digna el Gauchito de Pigué, justificando a cada momento su papel de desafiante. Busco ganar con sus armas, no sólo terminar de pie. No le fue suficiente. Para la próxima ocasión, deberá poner sobre el cuadrilátero más vigor, mas variantes y mayor efectividad. O sea, todo aquello que ayer le faltó para poder ganar.

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Jorge Sebastián Heiland.
Imagen: Julio Martin Mancini
 
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