Alguna vez se definió al circuito de Mónaco como el lugar en el que la alta velocidad era presentada a la alta sociedad. Ha venido siendo así desde 1929, año del primer Grand Prix, y con cada temporada que pasa la carrera de Fórmula 1 en las calles del Principado es la cita más sofisticada del mundial de la máxima categoría de automovilismo, y éstas son su vidriera más glamorosa. El circuito de Mónaco es básicamente el mismo que hace 84 años albergó la primera carrera, con la largada en el boulevard (foto), la subida hacia el casino, el descenso hacia el mar, el túnel, la chicana y la recorrida por la bahía, y el único en el cual la actividad comienza el jueves, para estirar un día el fin de semana y alargar el roce entre el vértigo y la alcurnia. En las pruebas libres llevadas a cabo ayer, los Mercedes de Nico Rosberg y Lewis Hamilton marcaron los tiempos más rápidos, delante de Fernando Alonso (Ferrari), que podría convertirse en el primer piloto en ganar en Mónaco con tres marcas distintas: lo hizo en 2006 con Renault y en 2007 con McLaren.