Paraguay sumó cinco puntos en su zona. Casi un milagro. Tendría que haber perdido con Argentina, que lo superó en una relación de 6 a 2 en situaciones de gol, le ganó con un blooper a Jamaica y debió haber caído con Uruguay, que hizo muchos más méritos para quedarse con la victoria. Pero con un poco de viento a favor y otro poco de errores de sus adversarios, se clasificó para los cuartos de final y no faltarán los que destaquen los méritos de su entrenador en el logro del objetivo. Pero basta con una mirada superficial sobre el juego que propone, basta detenerse en cómo revolean la pelota, cómo interrumpen el juego, cómo pegan y qué poco que ponen la pelota a ras del piso, para que surja una conclusión obvia: ¡qué mal juega Paraguay!

Con la clasificación ya en el bolsillo, que conocía de antemano, podía haber intentado ayer otra cosa; se podría haber soltado un poco; podría haber cambiado el libreto mezquino de su juego. No hizo nada de eso.

Uruguay no es un canto a la belleza futbolística, pero ayer, por lo menos, intentó algo por abajo, provocó algunos encuentros, matizó la vieja garra con algunas buenas intenciones y con eso le sobró para dejar una imagen mucho mejor que la de su rival. No le alcanzó para ganar el partido, lo que le hubiera permitido lograr el segundo puesto en la zona, pero con sus cuatro puntos se aseguró la clasificación como uno de los mejores terceros. Los uruguayos se pusieron en ventaja con un cabezazo a la salida de un corner. Consecuencia casi natural del hecho de que la pelota anduvo más por los aires que por la tierra. Pateó Sánchez desde la derecha, se elevó muy bien Miguel Giménez, cabeceó hacia abajo y la pelota, después del pique, llegó a la red.

¿Cómo empató Paraguay? Con un cabezazo a la salida de un corner, obviamente. Lucas Barrios le ganó a la marca de Giménez y la metió arriba, cerca del travesaño. Un gol espectacular por la volada hacia atrás del arquero uruguayo.

En el segundo tiempo, los paraguayos siguieron aferrados al empate y lo hicieron visible, mucho más después de la salida de Ortigoza, desgarrado. Uruguay tuvo algunas chances claras para quedarse con la victoria en los pies de Stuani y en la cabeza de Cavani, pero no pudo quebrar la resistencia del ex arquero de Newell’s. Lo más curioso fue que sobre la hora Derlis González agarró una pelota perdida, y de media vuelta casi somete a Muslera. Se clasificó Paraguay. A veces, el fútbol es demasiado generoso.

Estadio: La Portada (La Serena).

Arbitro: Roberto García Orozco (México).

Goles: 28 m, Giménez (U); 44 m, Barrios (P).

Cambios: 46 m, Stuani por Hernández (U); 62 m, Ortiz por Ortigoza (P); 66 m, C. Rodríguez por C. Sánchez (U); 67 m, D. González por Bobadilla (P); 71 m, Santa Cruz por Barrios (P).