Novak Djokovic, número uno del tenis masculino, buscaba hoy muy temprano su sexta corona en el abierto de Australia, primer Grand Slam del año que se juega en Melbourne Park, frente a un clásico rival como el escocés Andy Murray, en uno de los mejores duelos que puede ofrecer el circuito en la actualidad.

El tenista serbio, campeón en Australia en 2008, 2011, 2012, 2013 y 2015, se instaló en la definición tras dejar en el camino al coreano Hyeon Chung, al francés Quentin Halys, el italiano Andreas Seppi, el galo Gilles Simon, el japonés Kei Nishikori y el suizo Roger Federer con un cómodo 6-1, 6-2, 3-6 y 6-3. Murray, por su parte, eliminó sucesivamente al alemán Alexander Zverev, al australiano Sam Groth, al portugués Joao Sousa, al local Bernard Tomic, al español David Ferrer y al canadiense Milos Raonic por 4-6, 7-5, 6-7 (7-9), 6-4 y 6-2.

La gran sorpresa de ayer en tierras australianas fue la consagración en el single femenino de la tenista alemana Angelique Kerber, quien conquistó su primer Grand Slam al superar a la súper campeona estadounidense Serena Williams por 6-4, 3-6 y 6-4, en dos horas y diez minutos de juego. La zurda nacida en Bremen rompió todos los pronósticos y con una actuación formidable aprovechó los errores de la menor de las hermanas Williams para llevarse una victoria impensada por la categoría de su rival y porque no había ganado nunca antes uno de los torneos denominados grandes. “Mi sueño en el tenis se cumplió esta noche (por ayer). No puedo creer que gané un Grand Slam. Fueron las dos mejores semanas de mi vida”, comentó exultante la teutona, de 28 años, que avanzará mañana al segundo lugar del ranking mundial de la WTA. Mientras, Serena Williams, número uno entre las damas, no pudo conquistar su vigésimo segundo título de Grand Slam y sigue a uno de Steffi Graf.