San Lorenzo no pudo subirse a la punta de la Zona 1 porque apenas rescató un empate ante Gimnasia, en La Plata. El conjunto de Pablo Guede, que careció de ideas en la ofensiva, no perdió su invicto en el torneo por la tarea de Torrico. En el equipo local quedó la bronca por el gol anulado a Medina y por el penal no sancionado a Juan Mercier.

Una charla con la dirigencia, otra con el jugador y un calendario plagado de partidos llevó a que Mercier sea finalmente considerado por el entrenador, quien no le había dado minutos desde el comienzo de su ciclo. El último partido oficial del volante central había sido el 8 de noviembre del año pasado en el triunfo 1-0 ante Rafaela. La rotación también incluyó a Franco Mussis y a Fernando Belluschi, quienes no se concentraron, y a Néstor Ortigoza y Leandro Romagnoli, que ocuparon un lugar en el banco de suplentes. Evidentemente, el equipo los extrañó.

El partido comenzó a puro ritmo, porque a los tres minutos Mercier, que debía hacer méritos para demostrar sus condiciones, habilitó a Barrientos y el zurdo, con un disparo esquinado, hizo volar a Bologna. Dos minutos después lo falló Caruzzo, luego de que Angeleri hubiera ganado de arriba a la salida de un corner. En el 4-1-3-2 que ideó Guede todo era vorágine, pero faltaba una pausa para tomar la mejor decisión y entender por dónde se podía penetrar el bloque defensivo que tenía Gimnasia.

El conjunto local recién pudo llevar algo de peligro al arco de Torrico a los 26 minutos, cuando Angeleri falló en la salida, Noble lo aprovechó y su centro terminó en un cabezazo desviado de Bou, el goleador del equipo. La visita siguió yendo al frente, ahora con menos peligro, y eso lo llevó a desprotegerse atrás. De esta forma, en un contraataque, llegó el cabezazo goleador de Medina, que Espinoza no cobró porque consideró que el delantero, que había ingresado por la lesión de Castillón, había empujado a Mas. Otra decisión polémica protagonizó el árbitro cuando sancionó tiro libre, y no penal, tras una mano de Mercier dentro del área.

La supremacía que tenía el conjunto de Pedro Troglio en la parte final del primer tiempo se hizo extensiva a la etapa complementaria. Esa ventaja no se plasmó en la red por la aparición de Torrico, quien le ahogó el quinto festejo en el torneo a Walter Bou, a los 55 minutos. Ante este panorama debió entrar en acción Guede, quien movió el banco de suplentes para dar un volantazo en el partido con el ingreso de un conductor, como Ortigoza, y de un goleador, como el uruguayo Cauteruccio. La movida dio resultados y al ratito lo tuvo Cerutti, pero esta vez se lució Bologna. Y ante la falta de definición, ambos debieron conformarse con un punto.