Apenas habían pasado 19 minutos del primer tiempo. Los jugadores de Arsenal y Gimnasia recién estaban entrando en calor cuando un apagón dejó el estadio Julio Humberto Grondona a oscuras. Después de esperar unos 20 minutos y ante el desconcierto de los hinchas, Juan Pablo Pompei decidió suspender el encuentro. “El partido queda suspendido”, confirmó el juez. Pero minutos después, cuando los equipos se iban hacia sus respectivos vestuarios, los encargados de Arsenal lograron solucionar el desperfecto técnico en el grupo electrógeno. Ante esta nueva situación, el árbitro optó por juntar a los capitanes de ambos equipos, quienes finalmente acordaron continuar con el partido. “Parece ser la cábala. Vamos a tratar de cortarla el próximo partido”, bromeó Santiago Raymonda.