Sábado, 5 de mayo de 2007 | Hoy
DEPORTES › AYER SE SUSPENDIO CASI TODA LA ETAPA EN PUNILLA
Medio millón de cordobeses se quedó con ganas de ver a los autos porque la vuelta desde Buenos Aires fue, en algunos casos, dramática. Sólo se corrió en el Estadio Olímpico.
Por Pablo Vignone
Desde Villa Carlos Paz, Cordoba
En los casi 23 kilómetros de ruta enripiada entre Capilla del Monte y San Marcos Sierra, tapizando las constantes subidas y bajadas del camino, esperaban –según fuera la fuente consultada– entre 50 y 80 mil personas. Esperaban el Rally de la Argentina. Pero el Rally nunca llegó. La nefasta combinación entre la tormenta del jueves a la noche en Buenos Aires y la espantosa niebla en Córdoba, ayer por la mañana, demoró el traslado de parte de los protagonistas de la prueba después del superespecial de la cancha de River de regreso aquí, lo que obligó a la cancelación de casi toda la etapa.
No todos los fanáticos cordobeses se resignaron: un puñado culpó a los porteños de arruinarle la fiesta. Entre ellos estuvo el intendente de Córdoba, Luis Juez: “Alguno facturó una buena moneda, pero jodió a todos los cordobeses”. El finlandés Mikko Hirvonen sigue liderando el Rally después del especial de anoche en el Estadio Olímpico de Córdoba.
En la mira quedó el arquitecto David Eli, el coordinador general del Rally que organiza el Automóvil Club Argentino. “La idea de ir al Monumental fue de David –dijo ayer Gabriel Raies, el prócer del rally en esta provincia–. El que no estaba mucho de acuerdo era el gobernador (De la Sota). Entre todos lo fuimos convenciendo pero ahora nos va a putear en 23 idiomas.”
Más allá de la discusión sobre el éxito de la cita en River, los problemas comenzaron cuando los coches volvían a Córdoba en camiones-batea, mientras pilotos y directivos pretendían abordar en Aeroparque los tres aviones charter en los que habían arribado en la mañana.
Allí comenzó la odisea: la tormenta y el radar ineficiente atrasaron tres horas la partida de los aviones; a la 1 de la madrugada de ayer salieron los dos primeros, y 45 minutos después partió el tercero (identificado como “azul”). Los primeros lograron aterrizar en Córdoba; para cuando el “azul” sobrevoló la ciudad, la niebla negaba la posibilidad de tocar tierra: el aparato regresó a Buenos Aires.
Los coches de la carrera llegaron al parque de asistencia de Carlos Paz a las 7.30 de ayer, dos horas antes de la partida programada. Los pilotos se habían acostado cerca de las 4, descansando un mínimo de horas. Pero no se podía largar: en el tercer avión habían quedado “atrapados” 14 pilotos del Grupo N de Producción, como los cordobeses Federico Villagra, Marcos Ligato (con su inseparable amigo David Nalbandian) y Gabriel Pozzo: “Yo me tiré a dormir arriba de un bolso, en el piso”, contó el piloto del Tango Rally Team.
Las condiciones climáticas y las fallas en Aeroparque demoraron la salida del avión recién hasta las 14 de ayer, 17 horas después de haber terminado el superespecial de River. Luis Pérez Companc, que está décimo, no sufrió: en su avión privado estuvo en Córdoba antes de la medianoche.
“Se va a correr todo lo que se pueda en la montaña”, prometía Ligato antes de abordar la nave. Pero ya era tarde: también en Aeroparque estaban varados Eli, las autoridades de la organización y los representantes de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que en nerviosas reuniones decidieron a las 11.10 suspender el resto de la etapa de ayer (unas siete pruebas especiales), salvo el superespecial del Estadio Olímpico de Córdoba.
Enterados de la decisión, algunos de los desesperados fanáticos apostados en la sierra desde hacía casi 24 horas apedrearon vehículos de la organización.
“¿Cuántas personas hay en Córdoba para ver el rally? ¿Un millón? ¿Y entonces para qué lo llevan a Buenos Aires? Se preguntaba un representante importante de uno de los equipos que compiten en el Campeonato del Mundo. Una fuente confiable del Automóvil Club Argentino aseguraba anoche que “la FIA entiende que no fue responsabilidad de los organizadores” y que no habrá más inconvenientes.
No está claro si había alternativas posibles para el imprevisto climático, como para admitir que falló la organización. River resultó una apuesta riesgosa de la cual, por un tiempo, no se conocerá el resultado exacto, real, porque está por verse si el episodio puede golpear la salud futura del Rally.
En suma, después de dos jornadas de Rally se disputaron apenas 4200 metros de carrera. Y nada de sierra o montaña, sino caminos artificiales. En dos canchas separadas por 700 kilómetros. El Rally tiene que sacarse las ganas hoy, en Calamuchita: pronostican mucho frío y algo de nieve. Que no sea nada.
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