Se juntaron varias cosas: las ganas de homenajear a un grande del fútbol y el festejo por el décimo título logrado por el club de sus amores: San Lorenzo. Y fue una verdadera fiesta ver jugar nuevamente a Roberto Telch en una cancha, la de Cipolletti, club que supo dirigir 20 años atrás cuando conformaba aún la dupla técnica con Miguel Angel Tojo. “Me hicieron transpirar como hace mucho no lo hacía”, confesó la recordada Oveja azulgrana, ante unos 200 simpatizantes rionegrinos que se juntaron para declararlo “vecino cipoleño por 24 horas”.

La iniciativa de declarar “vecinos por un día” de esta ciudad del Alto Valle de Río Negro a personajes de distintas especialidades es impulsada por cuarto año consecutivo por la Dirección de Cultura del municipio de Cipolletti. Telch fue el segundo futbolista, luego de que en julio de 2005 viniera un gran amigo suyo: Antonio Ubaldo Rattín. Y el tercer deportista, ya que el primero fue Juan María Traverso, dos meses antes de su retiro de las pistas, en agosto de 2005.

Además de traer dos de sus trofeos más preciados como futbolista (la número 5 con la cual se despidió de San Lorenzo en 1975 y la camiseta que usó en el Mundial 1974 en Alemania, equipo que dirigió Vladislao Cap), la Oveja Telch contó a Página/12 algunas anécdotas jugosas. “Cuando Mesiano se lesionó en el Pacaembú y Cap me mandó llamar para que entrara a jugar (contra Brasil), yo estaba comiéndome un pancho al costado de la tribuna”. Lo demás es conocido: del 3-0 final, ese pibe de 20 años marcó dos goles. “Fueron mis únicos goles internacionales pero son los que más recuerda la gente y yo en mi vida deportiva”, admite Telch, todavía contento de haber sido parte de ese equipo que logró la Copa de las Naciones en 1964.

Pero quizás lo más curioso de este jugador –el tercero en la historia del fútbol argentino con más partidos oficiales, 630, detrás de Hugo Gatti y Ricardo Bochini– es que fue expulsado una vez sola en toda su trayectoria. “Fue con Atlanta y jugaba el Viejo (Timoteo) Griguol, que siempre me dice que él me hizo echar, porque varias veces me codeó y una sola vez yo me di vuelta y reaccioné apenas tocándolo. El referí, que creo era Comesaña, me echó.” “Cuando nos volvemos a ver con Griguol, siempre me carga y yo me río mucho de eso”, terminó diciendo este gran volante de San Lorenzo, Unión, Colón y de la Selección Nacional.