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El fútbol y la violencia que lo rodea están descontrolados porque, entre otras razones, una porción considerable de la dirigencia política alienta de diferentes maneras a las barras bravas. Para muestra basta un botón. El presidente provisorio de la Legislatura cordobesa, Carlos Alessandri, un hombre del gobernador José Manuel de la Sota, decidió el 23 de mayo homenajear a La Fiel, la barra brava de Talleres. El club ascendió a la B Nacional desde el torneo Argentino A la temporada pasada.

El legislador que representa al departamento de Calamuchita, lo hizo en la sala de sesiones, ante una multitud que colmó los palcos y enarboló banderas del popular club cordobés en el recinto. La barra, que además maneja una fundación llamada La Fiel, agradeció el gesto en un comunicado desde su Facebook: “El beneplácito es por el enorme esfuerzo del fanático albiazul, su inestimable capacidad de protagonismo en cada una de las canchas y por sobre todas las cosas el excelente comportamiento demostrado en las últimas campañas”.

Alessandri, entrevistado por Cadena 3, olvidó que en enero de este año, La Fiel discriminó a la hinchada de su tradicional adversario, Belgrano, en un partido amistoso disputado en el estadio Mario Alberto Kempes. Consultado sobre la bandera de Bolivia que desplegó la barra de Talleres, el legislador admitió: “En algún momento esto fue así”.

Norma Roldán, la sufrida mamá de Matías Cuesta, un hincha de Atlanta asesinado por piedrazos que le arrojaron barras de Talleres en 2006 cuando viajaba en tren, fue la contracara del jolgorio organizado en la Legislatura cordobesa. Cuando se enteró de la noticia, no encontró consuelo ni pudo parar de llorar.