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Germán Lerche tiene ahora más tiempo para analizar el fútbol de tierra arrasada que dejó a sus espaldas. En Santa Fe, su ciudad, ya no detenta el poder que le confirieron en 2010 los socios de Colón. Ese año había sido reelegido en la presidencia del club con casi el 85 por ciento de los votos. De los 2671 asociados que participaron de los comicios lo eligieron 2277. Hoy, muchos de ellos lo cuestionan y son los jueces más severos de su gestión.

El periodista santafesino Nicolás Lovaisa cuenta: “No puede caminar por la ciudad por la imagen negativa que dejó. Dejó una deuda en el club que supera los 120 millones de pesos. Está procesado en una causa por el presunto delito de retención indebida de tributo. El monto de la evasión fue de 287.553,68 pesos. Se le sigue otra por administración fraudulenta durante su mandato como presidente del club. En esa época pagaba sueldos muy altos a los jugadores”.

A uno de ellos, Gustavo “Bichi” Fuertes, le compró la casa que tenía en el Club de campo El Paso donde todavía vive. Es el barrio más selecto de Santa Fe capital. Durante su gestión en Colón, la Asociación de Prensa Santafesina (APSF) advirtió en un comunicado que había recibido denuncias por “quejas ante los dueños de los medios, cambios arbitrarios de las cabinas de transmisión, amenazas verbales, insultos en las redes sociales o invitaciones a pelear” contra periodistas. Se imponía la política de la mordaza.

El ex dirigente y abogado Lerche parece haber aprendido la lección que dejó aquella experiencia que los periodistas deportivos de Santa Fe definieron como “las constantes presiones que ejerce la dirigencia del Club Atlético Colón con el objetivo de condicionar o influenciar sobre la línea editorial de nuestro trabajo”. Ahora eligió escribir sobre temas futbolísticos y escribirles de sus vivencias a los periodistas que durante su gestión lo criticaban. Acaso lo hace con la no confesada idea de volver algún día a los lugares que solía frecuentar. Por ahora y a su pesar, no puede.