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Los costos para la industria manufacturera subieron 22,7 por ciento el año pasado, indica un informe que difundió ayer la UIA. En el aumento de costos desde 2006 se destacan las materias primas, por el boom de los precios internacionales, el factor logístico, que responde a dificultades de infraestructura, y el salarial, a partir del incremento de la fortaleza del movimiento obrero. En cambio, quedaron más postergados los costos de la energía, a raíz de los subsidios, y los insumos importados, por la apreciación del tipo de cambio real. La diferencia entre los costos que afronta la industria y los precios de salida de fábrica, que la UIA toma del Indec, incorporando el avance de la productividad por operario, define el margen de rentabilidad. Incluso tomando precios oficiales, el margen desde 2006, cuando las ganancias eran muy atractivas, cayó un 15 por ciento.

Los costos en el sector industrial crecieron en promedio un 19,3 por ciento desde 2006 según la UIA. En 2008 se observa el mayor salto, del 25,3 por ciento, seguido por 2011, con el 23,3 por ciento, y 2012 (22,7). El valor más bajo fue 8,3 por ciento y tuvo lugar en 2009, por el impacto de la crisis internacional. En la evolución de los precios de los factores que componen el costo industrial se observan dos velocidades.

El caso de las materias primas, cuyo precio se forma en el mercado internacional, es destacable. Si bien el promedio desde 2006 es apenas superior al avance general de los costos, por la caída del 7 por ciento en 2009 y la moderada suba del 13 por ciento en 2010, en 2007 y 2008 el alza superó el 30 por ciento. En tanto, en 2011 y 2012 la suba fue mayor al 25 por ciento. En los últimos años se destaca el avance del maíz y la soja.

Por su parte, los salarios del sector privado registrado, que inciden en el costo industrial, crecieron en el período 2006-2012 a un promedio del 25 por ciento anual. Son aumentos que en general superaron a la inflación incluso medida por las consultoras privadas, por lo que implican un avance para la porción de trabajadores con mejores condiciones laborales. En tanto, el costo logístico subió en promedio 23,3 por ciento. Sobresale el avance del año pasado, con el 31,2 por ciento. Es un factor que los empresarios suelen ponderar para mejorar la cuestión de la competitividad.

Una velocidad más lenta mostraron los insumos importados, en el orden del 9,2 por ciento anual en promedio. Esa evolución se explica por un moderado ritmo de depreciación nominal del tipo de cambio, uno de los factores que hasta el año pasado contuvo la suba de precios. El costo de la energía, en tanto, creció 16,2 por ciento. Uno de los valores más bajos de la serie se verificó el año pasado, con el 9,8 por ciento.

Como la evolución de los costos superó a la depreciación nominal del peso, los costos medidos en dólares se incrementaron salvo en 2009. Desde 2006 se acumula un alza del 100 por ciento, que repercute en las exportaciones de sectores sin ventajas comparativas ni regímenes especiales. La UIA critica que las deducciones y reintegros a las exportaciones, que favorecen a los industriales, hayan caído en 2012.