El juez Thomas Griesa convocó a una nueva audiencia para hoy en sus oficinas. El encuentro en la Corte del Distrito Sur de Manhattan comenzará al mediodía. Estarán presentes los representantes legales de Argentina, los fondos buitre, tenedores de bonos del canje junto con los bancos y entidades financieras a cargo de cursar los pagos. Desde la oficina del octogenario magistrado indicaron que el objetivo será “discutir cómo las partes deberían proceder de aquí en adelante”.

En la última reunión celebrada en el tribunal de Griesa, el magistrado no resolvió ninguno de los pedidos de aclaración sobre su fallo y órdenes acumuladas desde fines de junio. Además, reiteró su rechazo a reponer una medida cautelar pedida por Argentina para que suspenda el bloqueo a los pagos de vencimientos y habilite una negociación. Desde la visión del país sólo así es posible ofrecer una alternativa distinta al canje de 2010 sin violar las condiciones acordadas con el 92,4 por ciento de los acreedores. Se espera que entre las habituales declaraciones del juez contra las decisiones del gobierno argentino, las entidades como el Bank of New York o las cajas compensadoras Clearstream y Euroclear le reiteren sus consultas.

Kicillof manifestó ayer su esperanza en que la Justicia de Estados Unidos “entre en razones” y autorice el giro a los bonistas que están retenidos desde el 26 de junio en las cuentas que tiene el Bank of New York Mellon en el Banco Central. Incluso, manifestó optimismo en que esta situación “se resuelva antes del próximo pago”. A fines de septiembre el país debe pagar los intereses de los bonos Par. Sin embargo, cuestionó en duros términos al juez por afectar intereses de terceras partes no involucradas y delegar la capacidad de otorgar una medida cautelar en los propios buitres. En la misma línea, el ministro se mostró “decepcionado” ayer con el papel jugado por el abogado impuesto por Griesa para conciliar los intereses de los buitres con las restricciones y necesidades del país: “Pollack fracasó en su intento de mediación, no ayudó a convencer a los buitres y en su comunicado de anoche se le cayó la careta, fue digno de los fondos buitre”.

La transcripción taquigráfica del último encuentro en los tribunales de Griesa evidencia cómo el magistrado eludió intencionalmente tomar cualquier determinación sobre los pedidos de aclaración realizados por los intermediarios a cargo de cursar los pagos y los reclamos de los tenedores de bonos regidos por la ley inglesa, que motivaron su propia convocatoria. Hasta ahora el magistrado sólo resolvió parcialmente el pedido del Citibank que debe realizar los pagos de los bonos en dólares regidos por legislación argentina. Pero su autorización es incompleta, ya que no extendió el visto bueno a las cajas compensadoras que procesan los pagos y, por lo tanto, todavía no se concretaron.

Las especulaciones sobre qué medidas podría tomar Griesa abundan, ya que el magistrado demostró su capacidad para innovar y excederse en el alcance de sus decisiones más allá de su jurisdicción. No obstante, el mismo tribunal ya reconoció que no puede embargar los fondos depositados por el país para pagarles a sus acreedores. Incluso, el propio BoNY afirmó que ese dinero no es de su propiedad, sino que sólo administra un fideicomiso en nombre de los tenedores de bonos.

“Los acuerdos son lindos, pero son una de las tantas opciones. No va a existir un acuerdo escrito en un solo párrafo, pero si no se logra un arreglo que trate los complejos problemas y conflictos existentes se llegará a un default el 30 de julio y eso es lo peor que, sentado acá, puedo concebir”, advirtió la semana pasada con su habitual virulencia Griesa, al “lamentarse” sobre las posibles consecuencias de su fallo. El equipo económico volvió a reiterar ayer la voluntad para negociar y la necesidad de crear condiciones de sustentabilidad para ese diálogo.