Los fondos acumulados en las AFJP serán utilizados para financiar proyectos de inversión a largo plazo. Hace tiempo que el Gobierno viene madurando la idea, tal como reveló Página/12 hace tres semanas, pero ayer fue un funcionario el que lo dijo expresamente. Se trata de Cristian Folgar, subsecretario de Combustibles, quien hizo referencia a esa medida en relación con el sector energético. Sostuvo que la Nación proyecta financiar obras en esa área con los recursos provenientes de las AFJP. Luego dio un paso más, al comentar que entre las inversiones en estudio existen dos posibilidades: una es encarar la construcción de la Central de Embalse II y la otra es levantar una tercera versión de Atucha.

Folgar participó en Córdoba de un encuentro organizado por la Fundación Mediterránea. Su intervención estuvo dedicada a repasar el estado de la oferta energética y, en ese marco, comentó sobre la necesidad de avanzar con nuevas iniciativas. “Queremos hacer Atucha III o Embalse II, pero no porque esto sea un capricho, sino porque la Argentina tiene que recuperar su plan nuclear”, explicó. Tras ello, el funcionario entró en el terreno de cómo se financiarían esas obras y fue allí cuando dijo que el Gobierno se fondeará con los ahorros de los futuros jubilados en las AFJP. No dio precisiones sobre cuál sería la tasa de interés que pagaría el Estado por tomar ese dinero.

Uno de los argumentos para promocionar la creación de las administradoras privadas en los noventa fue que generarían un mercado de capitales que otorgaría créditos a largo plazo. Esa promesa nunca se cumplió. El grueso del dinero concentrado en las AFJP se destina a la compra de títulos públicos, mientras que una parte incluso se dirige a acciones o bonos de empresas o Estados extranjeros. Es decir, no aporta para el desarrollo de la infraestructura nacional ni para apuntalar a sectores económicos que el Gobierno considere estratégicos.

Folgar comentó sobre el uso del dinero acumulado en las AFJP por parte del Estado, pero la iniciativa en estudio contemplaría también la concesión de préstamos a largo plazo para el sector privado. La Unión Industrial Argentina se lo pidió a Néstor Kirchner y a Felisa Miceli, así como antes lo había hecho con Roberto Lavagna sin demasiado éxito. Los empresarios sostienen que no hay bancos privados en el mundo que arriesguen préstamos a largo plazo –diez años o más–, sino que los países que promocionan inversiones a gran escala lo hacen a través del sector público. Así ocurre por ejemplo en Brasil, a través del Banco Nacional de Desarrollo. Aquí se podría utilizar la estructura del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), que canalizaría los recursos aportados por las AFJP.

“Vamos a seguir teniendo herramientas a la mano para seguir teniendo energía con mayúsculas”, destacó el subsecretario de Combustibles. Por otra parte, Folgar defendió la aplicación del mecanismo de “cargos fijos” en la factura eléctrica a los grandes consumidores industriales y comerciales para construir las obras de infraestructura que se necesiten, tanto en generación como en transporte de energía.