Jueves, 28 de diciembre de 2006 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO Y LAS EMPRESAS ACORDARON LA SUBA DE TARIFAS DEL PROXIMO AÑO
El ajuste de las compañías de salud se aplicará en tres cuotas de 2 por ciento, en enero, marzo y mayo. Pero los afiliados deberán pagar un plus por cada visita al médico. La consulta básica costará 20 pesos. Las empresas podrán crear planes más caros.
Por David Cufré
Después de horas de intensas negociaciones, el Gobierno y las prepagas llegaron ayer a un principio de acuerdo sobre el aumento de tarifas a aplicar el próximo año. Tal como anticipó Página/12, la suba será de 6 por ciento, prorrateada en tres cuotas de 2 puntos cada una, en enero, marzo y mayo. A cambio de resignar el ajuste de 18 a 23 por ciento que las empresas habían anunciado originalmente, la Secretaría de Comercio Interior y la Superintendencia de Servicios de Salud las autorizan a cobrar copagos. Es decir, un plus por cada vez que el afiliado requiera atención médica. El valor de la consulta será de 20 pesos, mientras que la visita al dentista saldrá 10 y las imágenes de alta complejidad costarán 40. En los próximos días se divulgará un listado completo con los precios para cada caso.
“El acuerdo es un hecho”, sentenció Héctor Capaccioli, superintendente de Salud, en diálogo con Página/12. El funcionario mantuvo ayer reuniones con las prepagas para terminar de delinear el entendimiento, que la noche anterior había quedado prácticamente cerrado en un encuentro con Guillermo Moreno. El Gobierno tiene previsto emitir hoy un comunicado con las bases del convenio, mientras que las empresas enviarían posteriormente cartas a sus afiliados con todos los detalles de cómo será la facturación de ahora en más.
Capaccioli aclaró que las prepagas podrán diseñar “planes superadores”, con una tarifa mayor, pero deberán ser aprobados previamente por Salud y Comercio Interior. La gran diferencia de esos planes con los que existen actualmente es que no podrán ser sólo de salud, sino que deberán agregar servicios turísticos y de esparcimiento, como ocurre con las obras sociales sindicales. “Son planes de bienestar integral, sin copagos, pero con otra cobertura”, comentó el funcionario. “Para los planes vigentes, el aumento de tarifas es de 2 por ciento en enero, 2 en marzo y 2 en mayo”, insistió.
En la negociación, las prepagas reclamaron una cuarta cuota de otros dos puntos, pero el Gobierno lo rechazó. La discusión fue por momentos muy tensa. A cambio, el Gobierno se movió del techo de 15 pesos que se había fijado para los copagos. Accedió, por ejemplo, a que la consulta médica cueste 20 pesos, y habrá tarifas diferenciadas por cada servicio. El permiso de cirugía treparía a 100 pesos, mientras que también se aplicarán copagos por internación. Para los afiliados que necesiten atenderse con más frecuencia, el acuerdo puede resultar muy desventajoso. A priori, los más perjudicados serán los mayores, mientras que los jóvenes podrían salir favorecidos. En un plan de 300 pesos, un aumento del 23 por ciento habría significado 69 más por mes, lo que ahora se gastará en tres visitas al clínico y una al dentista en ese lapso.
Capaccioli precisó que los copagos no se aplicarán en el plan materno infantil, que abarca a embarazadas y bebés de hasta un año, mientras que tampoco regirán en los casos de internación de los mayores de 65 años durante los primeros diez días en el sanatorio. “El acuerdo es positivo y sienta las bases para que en marzo tenga tratamiento parlamentario el proyecto de regulación de las prepagas”, indicó el superintendente de Salud. Esa iniciativa quedó a las puertas de su aprobación en la Cámara de Diputados, pero se trabó en medio de la negociación entre el Gobierno y las empresas. Según Capaccioli, la ley debería sancionarse el próximo año. Su punto central es la creación de un organismo de control permanente, que fijaría las tarifas del sector.
Las prepagas le reclamaron a Moreno que incluya a sus prestadores y proveedores en el acuerdo, a fin de evitar que en 2007 les aumenten más de 20 por ciento. El funcionario tomó ese compromiso. Ese techo de suba da una señal de cómo se resuelve la ecuación económica para las empresas con este acuerdo. El aumento de 6 por ciento en los abonos, el cobro de copagos y la fuerte reducción en la demanda del servicio que producirían los nuevos adicionales resultarían equivalentes a su pretensión inicial de aumentos de tarifas de 18 a 23 por ciento.
El objetivo de los copagos es, justamente, producir una baja en los costos de las prepagas por una caída en los requerimientos de atención. “Los copagos actuarán como un moderador de la demanda”, afirmó Capaccioli. Las empresas sostienen que muchos afiliados hacen “turismo de salud”, algo así como visitar al médico como entretenimiento, debido a que no tienen que afrontar un costo adicional por esas consultas. La incorporación de los copagos daría más racionalidad al uso del sistema, bajando integralmente sus costos, según su argumentación.
La suba del 6 por ciento en tres cuotas es para los afiliados directos a las prepagas y para quienes derivan aportes por acuerdo de su obra social con alguna de esas empresas. En cambio, los planes corporativos tendrán una negociación diferenciada. Cada compañía que ofrece la prestación de salud como parte de los beneficios a sus empleados deberá redefinir sus contratos de manera particular.
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