El Gobierno firmó el lunes pasado un acuerdo con productores y grandes cadenas de supermercados para que el kilo de papa se venda a 1,40 peso. La medida fue negociada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y contó con el respaldo del presidente, Néstor Kirchner, quien convocó a las partes a firmar el acta en la Casa Rosada ante los fotógrafos. Una semana después, los resultados son limitados. La papa negra en oferta escasea y es de calidad paupérrima, mientras que la papa blanca se consigue entre 3,29 y 6,39 pesos.

Página/12 recorrió ayer diez supermercados de Capital Federal y en sólo tres encontró papa a 1,40 peso. El relevamiento incluyó sucursales de Carrefour, Disco, Coto, Jumbo, Leader Price y Dia% ubicadas en los barrios de Belgrano, Palermo, Villa Crespo, Almagro, Once, Congreso, Boedo y Constitución. En el Coto de Villa Crespo, de Murillo y Malabia, ayer a la mañana la papa más barata costaba 3,49 pesos el kilo y la blanca seleccionada llegaba a 4,69 pesos. Al ser consultado por este diario, uno de los repositores informó que no había papa a 1,40 peso porque “entregaron muy poco y ya se acabó”. Lo mismo respondieron en la sucursal Coto de Teodoro García y Cabildo, en Belgrano, y en el Leader Price del barrio de Once.

En el hipermercado Jumbo de Boedo, donde antes estaba la cancha del club San Lorenzo, la papa seleccionada en red se estaba vendiendo al estratosférico precio de 6,39 pesos. También se ofertaba papa blanca sin seleccionar a 4,69, pero en la góndola donde se ubican las verduras que forman parte de acuerdos de precios con el Gobierno, el espacio destinado a la papa estaba vacío. En la cadena de descuento Dia%, ubicada a metros de San Juan y Constitución, la papa negra se conseguía a $ 3,80 y la blanca a $ 4,39. Página/12 también recorrió algunos autoservicios de origen chino, porque sus representantes firmaron el acuerdo, pero en ninguno la papa negra bajaba de 2,80 pesos.

Donde sí había papa a 1,40 peso es en el Carrefour Express de Palermo, ubicado en Scalabrini Ortiz 1850, pero la oferta era de mala calidad, no sólo por ser una papa negra muy sucia sino por el tamaño. Lo que había disponible eran papines que se utilizan para rellenar las bolsas, cosechar o alimentar animales. En una sucursal Disco de Caballito también se vendía a 1,40 peso, sólo dos kilos por persona. El tercer comercio donde este diario encontró papa al precio acordado con el Gobierno es en el Jumbo de Almagro.

La culpa por la escasez de papa en oferta no es responsabilidad exclusiva de los supermercados sino también de los productores, los cuales se comprometieron ante el Gobierno a vender en el mercado mayorista a 1,35 peso y luego empezaron a declarar en privado que sólo iban a poder abastecer a esos precios con cuentagotas. Fuentes del Mercado Central detallaron a Página/12 que durante la semana pasada, en los puestos mayoristas, la bolsa de 35 kilos de papa negra se vendió a 52 pesos ($ 1,48 por kilo), la de papa blanca a 63 pesos ($ 1,8) y la importada de Brasil, que viene en bolsas de 50 kilos, entre 90 y 100 pesos ($ 1,8 a $ 2). Algunos puesteros señalaron que la papa del convenio no se notó en la oferta porque los productores se la venden directamente a los supermercados, pero por lo visto en las góndolas el abastecimiento es muy limitado.

Los especialistas coinciden en que en el corto plazo será difícil encontrar soluciones porque las heladas redujeron notablemente la oferta y los productores que tienen papa hacen valer su mercadería. Por lo tanto, no van a vender a $ 1,35 pudiéndola ofrecer a $ 1,80, sobre todo si no reciben ninguna compensación a cambio. Los supermercados tampoco parecen dispuestos a resignar sus amplios márgenes. Las papas ofrecidas ayer en el Carrefour de Boedo a $ 6,39 son el mejor ejemplo. Con el acuerdo impulsado la semana pasada, la Secretaría de Comercio Interior intentó garantizar, a través de un subsidio destinado exclusivamente a las grandes cadenas, una oferta básica a precios accesibles, pero como los controles estatales son laxos, los empresarios ofrecen poca y mala mercadería, mientras siguen vendiendo a precios exorbitantes la producción de mediana y alta calidad.