Lunes, 17 de septiembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › OPINION
Por Manuel Justo Gaggero *
Hola, Flaco, ¿cómo estás? Recuerdo que nos conocimos en 1960 en Santa Fe. Ambos militábamos en el peronismo. Vos en Palabra Obrera –Peronismo Obrero Revolucionario– y yo en la Asociación Gremial de Estudiantes de Derecho. Compartíamos idénticas concepciones con respecto a la Revolución Cubana y a los procesos de luchas antiimperialistas de los pueblos del Tercer Mundo. Durante el año 1961 llevamos adelante, en el proceso electoral, el apoyo al Frente Justicialista de Liberación Nacional, que llevaba como candidatos a Tarrico-Abraham y, al mismo tiempo, apoyábamos la alianza electoral de izquierda denominada Alianza para la Liberación Argentina, que llevaba como candidato a un dirigente del gremio vitivinícola.
Contemporáneamente participábamos de las luchas de los ferroviarios contra el primer intento por desmantelar la red de ferrocarriles impulsado por el gobierno de Arturo Frondizi, el llamado “Plan Larkyn”. Sentía mucha simpatía por vos y admiraba tu formación teórica. Por ello decidí que mi hermana, Susana, la “Nena”, que había empezado a estudiar psicología en Rosario, se vinculara a ustedes. Así fue cómo se incorporó a la agrupación Avanzada de Filosofía y Letras.
Me fui a Cuba y durante ese año no nos vimos. Sí hablé de vos con el Vasco Angel Bengochea, el que te respetaba y estimaba mucho. Al volver, luego de esa experiencia frustrada, nos encontramos nuevamente y al mismo tiempo que fundábamos la Juventud Universitaria Peronista –la vieja JUP– fortalecíamos la alianza con Palabra Obrera, que estaba en proceso de fusión con el Frente Indoamericano Popular que encabezaba Mario Roberto Santucho. Nos veíamos casi todas las semanas; vos viajabas a Santa Fe con el Indio Bonet. Por vos conocí a compañeros que recuerdo con cariño, como Sergio Domeck y su esposa, y un metalúrgico Massi, entre otros. Armamos el apoyo en el gremio de la carne a la lista que encabezaba Vázquez, que le disputaba la conducción a la burocracia propatronal encabezada por Eleuterio Cardozo.
Tu relación con Susana era estrecha, como compañeros. Vos me decías que te gustaba y ella también decía lo mismo. Decidí hacer de Celestino y me reuní en el bar El Cairo con los dos. En un momento los dejé solos y les dije “no hablen más de política, piensen en ustedes, lo que sienten ambos”. Así se concretó la pareja. Se casaron en Paraná. Tengo una foto en la que están vos, Susana, Emma, tu mamá y la Vieja. En los brazos de la Nena está recién nacido Enrique. Tu hijo acaba de cumplir 40 años y es uno de los matemáticos más destacados de América latina.
Pasaron los años. En los ’70 me detuvieron y en el interrogatorio me preguntaron muchísimo por vos. Te buscaban por las acciones de un “Comando Che Guevara” de Rosario, que fue el precedente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). En el 5º Congreso en el que nació esta organización revolucionaria, tuviste una destacada intervención.
El 19 de septiembre de 1971, por la tarde, me llamó Susana a Paraná y me dijo con voz trémula que te habían “secuestrado”. Habían detenido a un grupo de compañeros en un departamento ubicado en la calle Scalabrini Ortiz y Guatemala. Todos habían sido trasladados a Coordinación Federal, menos vos.
Viajé esa misma noche a Buenos Aires y en los días posteriores organizamos una comisión por tu aparición con vida, que integraron –entre otros– Ventura Mayoral, el abogado de Perón; Emma Illia, la hija del ex presidente; Gustavo Soler, su marido; Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña. Tu padre, Enrique, a su vez, logró que se publicara en La Opinión una carta abierta dirigida al presidente Agustín Lanusse, que firmaban numerosos amigos, incluso parientes del dictador. Miguel Bonasso, desde el diario La Opinión, realizó una campaña durante varios meses y Norman Briski –que triunfaba en el teatro con la obra La Fiaca– leía al final del espectáculo una “Carta al pueblo argentino”, escrita por Susana. Por su lado, tus amigos “el Zambo” Lombardi y César Calcagno interpusieron un hábeas corpus. Todo fue en vano. Fuiste de los primeros “desaparecidos”. Luego, a partir de 1974, sería una práctica habitual de la Triple A, primero, y de la dictadura militar genocida, después.
Luis, te queremos y extrañamos mucho. A la Nena la mataron en 1976 en el Comité Central del PRT. El Indio fue asesinado en la Base Almirante Irízar en Trelew y muchísimos de tus amigos y compañeros están “desaparecidos”.
Te recuerdo mucho. Hubiera sido importante contar con vos en estos tiempos, cuando aparece un nuevo momento en la historia de nuestro sufrido continente, que nos llena de esperanza. Fuiste y sos el hermano que no tuve, o mejor el que fue más que un hermano. Hasta siempre.
Luis Enrique Pujals fue secuestrado el 17 de septiembre de 1971 en un departamento ubicado en Buenos Aires. Fundador del PRT-ERP y militante popular, luchó por el socialismo y contra el imperialismo y dio su vida por esta causa.
* Director de la Revista Diciembre 20. Abogado.
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