“La inversión privada española, en el rubro aerocomercial, ha sido lamentable”, señaló ayer Miguel Angel Pichetto, antes de que comenzara el plenario de las comisiones de Presupuesto y de Transporte. La frase del titular del bloque K en el Senado sirvió como contrapunto de lo dicho por Eduardo Aranda y Vicente Muñoz, los representantes del grupo Marsans. Los españoles dijeron que invirtieron en Aerolíneas todo el dinero que les había otorgado la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales en 2001. De los 700 millones de dólares de esos aportes, el Tribunal de Cuentas Español señaló que existen 200 millones de euros para pasivos contingentes que todavía no fueron utilizados. Los empresarios nada dijeron sobre la subrogación de créditos con los aportes de la Sepi, algo que los convirtió en virtuales acreedores de su propia empresa. Por este tema, el grupo Marsans está siendo investigado en España. Muñoz y Aranda señalaron además que en 2006 invirtieron en Aerolíneas 150 millones de dólares y que los desembolsos del gobierno español, desde 1990 a la fecha, fueron de 2770 millones de dólares. “Hasta el 2005 tuvimos buenos resultados, pero debido a la gran conflictividad gremial, nos vamos”, atinó a decir Muñoz.