Las potencias mundiales discutieron ayer la crisis de Siria durante la cena en la cumbre del G-20, pero no lograron superar sus profundas divisiones sobre la acción militar que Estados Unidos plantea contra el régimen del presidente Bashar al Assad. Como las tensiones sobre el conflicto sirio amenazaban con sabotear el plan de trabajo de la cumbre del G-20, el primer ministro ruso Vladimir Putin había sugerido en su discurso inaugural que el conflicto sirio se debatiera en la cena oficial que tuvo lugar ayer. Pero en lugar de buscar una solución, los líderes se turnaron más de tres horas para reiterar sus posiciones sobre el tema en discursos de 10 minutos, dijo una fuente diplomática cercana a las negociaciones. “El G-20 ha terminado en este momento la cena oficial, en la que se confirmaron las divisiones sobre Siria”, tuiteó el primer ministro italiano, Enrico Letta, después de la reunión. “El objetivo era un intercambio entre los principales líderes del mundo y no llegar a un acuerdo sobre la crisis”, aseguró una fuente diplomática francesa.