Joe Biden, el vicepresidente de Estados Unidos, reiteró ayer su ataque a los planes de Israel para construir 1600 nuevas casas en Jerusalén Este, mientras los gobiernos europeos apoyaban su queja de que socavaba la confianza antes que comenzaran las nuevas negociaciones indirectas israelo-palestinas.

Parado junto al presidente palestino, Mahmoud Abbas, en Ramalá, Biden volvió a recalcar los anteriores pedidos a ambos protagonistas del conflicto para que evitaran “acciones que inflamen las tensiones o perjudiquen el resultado de las negociaciones”. “Corresponde a ambas partes generar una atmósfera que contribuya a las negociaciones y no a complicarlas”, declaró Biden en un comunicado de prensa leído junto al presidente de la Autoridad Palestina. En el texto, el vicepresidente advirtió que la decisión israelí de aprobar la construcción de viviendas socavará la “confianza necesaria” para que las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes sean “provechosas”.

El ministro del Interior de Israel, Eli Yishai, que dirige el departamento que hizo el anuncio el martes, lamentaba el momento elegido para el anuncio, pero no el contenido de la propuesta. “No teníamos ninguna intención, ningún deseo, de ofender a un hombre importante como el vicepresidente durante su visita”, le dijo Yishai a Radio Israel. “Lamento mucho todas las molestias. La próxima vez debemos tener en cuenta el momento del anuncio.”

La ausencia de cualquier sugerencia pública de que la propuesta sería abandonada se hizo sentir, a pesar de una inusual declaración fuerte el martes a la noche cuando Biden expresó su enojo al contenido y el momento elegido para hacerla. Enfatizó la importancia de Jerusalén tanto para los israelíes como para los palestinos y dijo que esperaba un resultado que cumpliera las aspiraciones de ambas partes relativas a la ciudad. También dejó en claro que los estadounidenses estarían activamente involucrados en las próximas “conversaciones de proximidad” y que los palestinos merecían un Estado palestino “viable y contiguo”, un código diplomático que requeriría retiradas en gran escala de los asentamientos israelíes en Cisjordania.

Alemania dijo que la propuesta para las nuevas unidades habitacionales en Ramta Shlomo Jerusalén Este era “inaceptable”. David Miliband, el secretario de Exterior británico, condenó la medida como una mala decisión en un momento equivocado.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.