Jueves, 11 de marzo de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL DIPUTADO ALEJANDRO ROSSI Y LA DISCUSIóN POR LA REFORMA DEL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
El hermano del jefe del bloque de diputados kirchneristas encendió la polémica al pedir un análisis de los jueces que han salido del Consejo de la Magistratura. Asegura que el Poder Judicial está cada vez más encerrado en sí mismo.
Por Irina Hauser
En paralelo con el enfrentamiento entre Cristina Kirchner y el Poder Judicial, en el Congreso resucita la discusión por una nueva reforma del Consejo de la Magistratura, el órgano que elige y sanciona a los jueces. El diputado kirchnerista Alejandro Rossi puso el dedo en la llaga anteayer, cuando dijo en una exposición en la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados que sería importante analizar “qué jueces” han surgido del Consejo de la Magistratura, “a qué tipo de sector representan, qué ideología, cuántos están casados entre sí, cuántos son parientes, a qué clubes van, a qué colegios asisten sus hijos”. Rossi –hermano del jefe del bloque K Agustín Rossi– es autor del proyecto para cambiar el cuerpo de consejeros, modificado en 2006 a instancias del Poder Ejecutivo.
–¿Usted está proponiendo investigar a los jueces? –le preguntó Página/12.
–No hablé de pedido de investigación. Dije que transcurridos varios años desde que los consejos de la magistratura eligen a los jueces podemos evaluar qué perfil de jueces ha surgido para luego poder abordar los cambios en estos órganos. Argumenté que ha habido un cerramiento del Poder Judicial en sí mismo que llamé corporativización, más parecido a la autoselección de jueces que a un proceso participativo, que dio como resultado que el perfil de juez responde a una visión tradicional y conservadora y a un sector social de la Argentina, que en realidad tiene una diversidad social muy amplia.
–¿Tanto poder tienen los jueces en la selección de sus pares? En el Consejo Nacional tienen sólo tres representantes entre trece.
–No pasa sólo por la representación, sino por los privilegios que tienen al concursar quienes ya son funcionarios del Poder Judicial. Si soy abogado de la matrícula y quiero competir con un empleado de tribunales, arranco con desventaja. Cuando presidí, entre 1995 y 1999, el Consejo la Magistratura de Santa Fe, el 80 por ciento de los jueces seleccionados eran funcionarios del Poder Judicial.
–¿De qué sirve saber el origen social de un juez o a qué club va?
–Los jueces no son eunucos que nacen de un repollo, meros expertos en derecho. Tienen formación religiosa, política, moral, filosófica, religiosa, social, y miran el derecho a través de esos lentes. Y si no, ¿por qué ante un mismo plexo normativo hay jueces que aceptan el matrimonio gay y otros no?
–¿Qué perfil de juez promovería usted?
–Tenemos que salir del perfil conservador y tratar de tener una generación de jueces con una visión que incorpore la problemática de la fractura social, las problemáticas sociales en una visión más cerca a la demanda de la ciudadanía. Además, deberían ser independientes de factores externos como la cámara que los supervisa, la Corte, los abogados que litigan, los poderes económicos.
–¿Cómo se llegaría a ese perfil de jueces?
–Hay que democratizar el proceso de selección. Por eso nuestro proyecto propone elección popular de los (consejeros) abogados y una elección más ampliada de académicos, no cambia el número de miembros del Consejo. Hay que lograr que entren abogados a la Justicia estableciendo un cupo. Hay que supervisar los niveles de conocimiento y formación de un juez. El nivel de poder acumulado de un juez es superior al del presidente de la República: los jueces deciden sobre tus bienes y tu libertad, nada menos.
–El camarista Recondo lo acusó a usted de fascista.
–A Recondo le caben las generales de la ley. Es un lobbista que busca poner más jueces en el Consejo porque defiende los intereses de la corporación. Debería hacerlo con más respeto.
–¿Es casual la coincidencia entre la sucesión de críticas de la Presidenta a los jueces y la reapertura del debate sobre el Consejo?
–Es casual. La oposición puso el tema en la agenda parlamentaria.
–¿Cuál es el objetivo de cuestionar con insistencia a la corporación judicial?
–No sé cuál es el de la Presidenta, pero tiene toda la autoridad moral para eso. El mío es democratizar. Para mí el Poder Judicial es un servicio público, que se paga con impuestos y tiene obligaciones con los ciudadanos. Creo que los jueces no pueden opinar sobre lo que dijo la Presidenta. Es triste el papel que hace (Carlos) Fayt todos los martes en la puerta de su casa. Fue un bochorno como trató a la Presidenta.
–¿Lo mismo piensa de la declaración de anteayer de la Corte al pedir “mesura”?
–Fue absolutamente improcedente. Están destinados a la interpretación constitucional de los hechos, no a la interpretación política.
–Pidieron que se respetara la independencia judicial.
–¿Cuál es la ofensa de haber dicho que hay corrupción en el Poder Judicial? La hay en todos los ámbitos. Y hay corrupción vinculada a muchos factores. Seguro que hay jueces que sacan sentencia por plata. Por otra parte, la judicialización de la política es un problema de la política pero de la Justicia también, en la que los jueces han entrado.
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