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El comité del Premio Nobel de la Paz informó ayer que China y otros 18 países no asistirán a la entrega del galardón al disidente chino Liu Xiaobo, prevista para el viernes en Oslo. El organismo señala en su comunicado que en 2008, cuando Martti Ahtisaari –antiguo presidente finlandés– recibió el Nobel, 10 países no asistieron.

Las naciones que declinaron la invitación por “distintos motivos” son: Rusia, Kazajstán, Colombia, Túnez, Arabia Saudita, Pakistán, Serbia, Irak, Irán, Vietnam, Afganistán, Venezuela, Filipinas, Egipto, Sudán, Ucrania, Cuba y Marruecos. El comunicado del comité señala que China “lanzó una campaña sin precedentes para conseguir el boicot del resto de delegaciones internacionales”. Son 44 las embajadas que han confirmado que participarán de la ceremonia y dos –Argelia y Sri Lanka– no contestaron aún.

El galardonado, Liu Xiaobo, es profesor de literatura y fue mediador entre el ejército y los estudiantes que se manifestaron en Tiananmen, y en la actualidad cumple una pena de once años de prisión por liderar la “Carta 08” por la democracia en China. Beijing envió cartas a los distintos Ministerios de Asuntos Exteriores y a las embajadas para advertir de las “consecuencias” que acarrearía la presencia en la ceremonia. Asimismo, Beijing aseguró que el premio afectará a las relaciones comerciales con Noruega.

El gobierno chino criticó ayer duramente a los miembros del comité noruego. “Quiero decirles a los miembros del comité Nobel que son cineastas y actores de una postura antichina”, dijo ante los medios en Pekín la vocera del Ministerio chino del Exterior, Jiang Yu. Al conceder el Nobel de la Paz a un “criminal en prisión”, el comité apoya abiertamente “actividades delictivas y criminales” en China. Y eso es una “gran intromisión” en la soberanía de la Justicia china.

En representación de Liu Xiaobo, no podrá viajar su esposa Liu Xia a recoger el premio. Se encuentra bajo arresto domiciliario en su vivienda de Pekín, sin poder contactar con el mundo exterior. En las últimas semanas la policía impidió a parientes, abogados y algunos activistas viajar al extranjero.