Domingo, 14 de agosto de 2011 | Hoy
EL MUNDO › OPINION
Por Tariq Ali *
Los políticos de la coalición, incluyendo el neolaborismo que probablemente se juntará para un gobierno de salvación, si continuara la recesión, con sus ideologías petrificadas, no pueden decirlo, pero los tres partidos son igualmente responsables por la crisis. Ellos crearon esta confusión. Ellos privilegiaron a los ricos. Quieren que quede claro que jueces y magistrados deben dar el ejemplo, castigando severamente a los jóvenes acusados de los saqueos. Sin embargo, nunca cuestionaron seriamente el hecho de que no existan acusaciones por las más de mil muertes de ciudadanos bajo custodia policial, desde 1990.
No importa el partido, el color de la piel del diputado. Ellos reproducen siempre los mismos clichés. Sí, sabemos todos que la violencia en las calles de Londres está mal. Sí, sabemos que robar ropa no es correcto. ¿Pero por qué ahora? ¿Por qué no ocurrió eso en el pasado? Porque las resistencias a las injusticias crecen con el tiempo, porque cuando el sistema provoca la muerte de un joven ciudadano negro de una comunidad pobre, en simultáneo, aunque sea inconscientemente, provoca una respuesta.
Y las cosas pueden empeorar si los políticos que son la elite financiera, con el apoyo de los medios de comunicación públicos y los de Murdoch, deciden castigar a los pobres y precarizados por las políticas que ellos mismos aplicaron en las últimas tres décadas. Deshumanizar al enemigo, en casa o en el extranjero, creando el miedo a una condena sin juicio digno, es una estrategia que no puede durar para siempre.
Si hubiese un partido de oposición serio en este país, estaría reivindicando el desmantelamiento de este sistema neoliberal con pilares inestables antes que se desmorone por sí solo y afecte a más gente. Por toda Europa, las diferencias que separaban el centroderecha del centroizquierda, que separaban a los conservadores de los socialdemócratas, desaparecerán. La fusión entre las políticas oficiales de los partidos confunden a propósito los segmentos más desfavorecidos del electorado, o sea la mayoría.
Los jóvenes negros desempleados o semiempleados de Tottenham, Hackney, Enfield y Brixton saben perfectamente que el sistema está atacándolos. La estafa de los políticos no tiene real impacto en la mayor parte de las personas, más bien en aquellas que atizan el fuego de las calles de Londres. Los fuegos serán apagados. Habrá una especie de interrogatorio patético o algo semejante para investigar las razones del asesinato de Mark Duggan; los arrepentimientos serán expresados, habrá flores de la policía en el funeral. Los manifestantes detenidos serán castigados y todos tendrán una sensación de alivio y continuarán con sus vidas. Hasta que todo esto vuelva a suceder.
* Publicado en esquerda.net.
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