La renuncia de una funcionaria de Mauricio Macri, involucrada en un presunto caso de corrupción para favorecer boliches nocturnos, levantó polémica. Vanesa Berkowski dejó su cargo en medio de una investigación judicial que la vincula a una red de tráfico de influencias que cobra coimas a boliches nocturnos para agilizar habilitaciones, poner sobreaviso de inspecciones y evitar clausuras. La causa, que sigue avanzando, deparará más de una sorpresa a la gestión PRO: un legislador porteño podría ser citado por increpar a Nazarena Vélez, un concurso interno de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) tendría como jurado al padre de su director, Javier Ibáñez. Desde la oposición porteña ya piden que asista Ibáñez a la Legislatura a dar explicaciones.

Berkowski dimitió luego de pedir la eximición de prisión en una causa judicial y en su carta de renuncia acusó al magistrado que la investiga de tener animosidad “contra mi persona y contra toda la gestión del ingeniero Mauricio Macri”. Según señalan en la gestión PRO, Berkowski se autodenominaba Highlander, como el inmortal de la película, porque pasaban las administraciones –estuvo con Aníbal Ibarra y Jorge Telerman– y ella seguía.

En la causa que investiga el juez Juan Ramos Padilla hay escuchas telefónicas que la comprometen: en especial, en los diálogos que tiene con el gestor Federico Garaglia, que sería su pareja. Garaglia es, a su vez, socio de Leandro Camani, el marido de Samantha Farjat, que se hizo conocida con el escándalo de Guillermo Coppola en 1997. Ambos aparecerían en escuchas haciendo referencia al cobro de dinero para acelerar habilitaciones. Además, estaría involucrado el abogado Matías Pantarotto, que representa a los dueños del boliche Beara.

Otros tres funcionarios de la AGC están imputados por estafa contra los dueños de un complejo teatral. La denuncia la hicieron la vedette Nazarena Vélez y su marido. El juez mandó un oficio a la Legislatura para que se presente un legislador del PRO, que aparece imputado por la fiscalía supuestamente por increpar a la actriz en un boliche en Anchorena y Pueyrredón. El magistrado hizo un allanamiento a la AGC, donde secuestró no sólo el legajo de Berkowski sino también el de Ibáñez. También se llevó actas de inspección y habilitaciones en trámite. Hubo otros allanamientos a los domicilios de los gestores. La gestión PRO ya tuvo cinco renuncias en la AGC: la del panelista de Cecilia Pando Federico Young; la de Oscar Ríos, que en medio de los rescates por el derrumbe del gimnasio de Villa Urquiza estaba en Boca resolviendo el contrato de Román Riquelme; la del director de Fiscalización, José Báez; y la de Farrell, después de Beara.

La renuncia de Berkowski desató una interna en el área, donde ella respondía al legislador Enzo Pagani, mientras que Ibáñez viene del riñón del ministro de Desa-rrollo Social, Francisco Cabrera. “No sé cuánto va a durar Ibáñez. Si no hay complicidad, por lo menos hay negligencia. Desde hace años que tienen filtraciones sobre las inspecciones”, admitían en la mesa chica del PRO. Macri, en tanto, sigue de viaje por Europa.

Desde la oposición reclamaron la presencia de Ibáñez en la Legislatura.

“Más allá de la renuncia de Berkowski, la Legislatura tendría que convocar al director de la AGC. Más que un caso de corrupción, parecería un sistema de corrupción”, remarcó la legisladora de la Coalición Cívica, Rocío Sánchez Andía. “Si no, otra posibilidad es que se abra una comisión en la Legislatura que investigue”, propuso. “No hay una renovación del sistema de habilitaciones”, remarcó la kirchnerista Gabriela Alegre. “Haberle cambiado el nombre a la estructura no significa que haya cambiado nada en el nido de corrupción: sigue siendo una caja de la política y de Sutecba”, destacó el legislador de Proyecto Sur, Rafael Gentili, quien remarcó que “es una buena oportunidad para llamar la atención sobre un concurso que está haciendo Ibáñez, donde uno de los jurados es su padre”. El lilito Fernando Sánchez hizo un pedido de informes sobre ese concurso, que la gestión PRO nunca contestó.