EL MUNDO › EL TEXTO ACORDADO A PUERTAS CERRADAS NO INCLUYE LA ALUSIóN AL FIN DEL BLOQUEO ECONóMICO

La OEA apoyó el acuerdo entre Cuba y EE.UU.

Si bien todos coincidieron en señalar el acercamiento como un hecho “histórico”, Bolivia propuso una mención al fin del embargo –apoyada por Venezuela, Ecuador, Nicaragua y El Salvador– que no contó con los votos suficientes.

La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por aclamación una resolución de apoyo al restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, tras las negociaciones por las diferencias surgidas sobre la inclusión del tema del bloqueo económico en el texto. Si bien todos los países coincidieron en señalar el acercamiento como un hecho “histórico”, se discutió una mención al fin del embargo, propuesta por Bolivia y apoyada por Nicaragua, Venezuela, Ecuador y El Salvador, que no contó con los votos suficientes.

Después de horas de debate, público y a puertas cerradas, finalmente los Estados acordaron el lunes por la noche una fórmula que no incluye la mención al embargo y que celebra el histórico acercamiento entre Washington y La Habana anunciado la semana pasada. Un primer borrador estaba listo desde el viernes, pero la propuesta de Bolivia obligó a los representantes permanentes a solicitar tiempo extra que les permitiera comunicarse con sus países para determinar la posición oficial de sus delegaciones. El punto pedía reclamar que el acercamiento sea una señal “inequívoca” del fin del bloqueo económico, comercial y financiero que afecta a Cuba desde hace décadas.

Eran necesarios dieciocho votos para que se incluyera en el texto final esta mención, pero la propuesta recibió un voto en contra, el de Estados Unidos, y veintisiete abstenciones. El texto final manifiesta la “profunda satisfacción” de la OEA por la decisión anunciada, “reitera el compromiso de las Américas con el diálogo entre Estados soberanos y expresa su apoyo a la implementación de las medidas en favor de la completa normalización de las relaciones bilaterales”.

Bolivia, Venezuela y Nicaragua se sumaron a la votación por aclamación de la declaración, pero indicaron que incluirán notas al pie de página para reflejar su posición. Venezuela también había pedido que el texto cambiara la palabra “normalización” por “restablecimiento” de las relaciones, por entender que la expresión “normalización de relaciones” supondría el levantamiento del bloqueo a Cuba, propuesta que tampoco fue aprobada.

Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, anunciaron el miércoles pasado la reanudación de la relación diplomática bilateral rota en 1961, así como la flexibilización inmediata de varias restricciones comerciales, financieras y migratorias. Además, Obama pidió a su secretario de Estado, John Kerry, que revisara la inclusión de Cuba en la lista de los países a los que Estados Unidos considera impulsores del terrorismo. Asimismo, el mandatario solicitó al Congreso que considere la revisión del embargo económico y comercial que Estados Unidos impone a Cuba desde 1960 y que desde 1992 tiene fuerza de ley.

La delegación de Estados Unidos agradeció el apoyo y “los buenos deseos” de los estados miembro de la OEA a la decisión de Washington y La Habana de normalizar sus relaciones bilaterales. Varios delegados se hicieron eco de las palabras que el presidente Obama pronunció en español en su discurso del pasado 17 de noviembre: “Todos somos americanos”. Y fueron varias las delegaciones que destacaron el papel mediador del papa Francisco en el acuerdo entre Washington y La Habana.

La situación vivida el lunes recordó lo ocurrido en marzo pasado, cuando quedó en evidencia la dificultad del organismo para actuar ante momentos turbulentos, como el que vivió Venezuela a principios de año, debido a sus divisiones internas y a la complicada burocracia que rige su funcionamiento. Entonces, las negociaciones secretas retrasaron más de una semana la convocatoria a una sesión sobre Venezuela en el Consejo Permanente. “La OEA necesita realmente reformarse y renovarse”, apuntó el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter, al aludir a la “falta de agilidad” de la organización cuando le toca actuar.

Cuba permanece fuera de la OEA desde 1962, cuando el organismo suspendió su membresía, y aún no se reincorporó pese a que fue invitada a hacerlo en 2009. De acuerdo con Shifter, Cuba evaluará el desarrollo del “nuevo liderazgo” en la OEA, así como lo que ocurra en la Cumbre de las Américas que acogerá Panamá en abril, para ver si “tiene sentido” regresar al organismo, del que fue suspendida en 1962.

Los países miembro de la OEA elegirán el 18 de marzo próximo al sucesor del secretario general de la OEA, cuando el chileno José Miguel Insulza deje el cargo. Hasta el momento, el ex vicepresidente de Guatemala Eduardo Stein y el canciller de Uruguay, Luis Almagro, son los dos únicos candidatos al puesto de secretario general, tras la retirada en octubre del ex canciller peruano Diego García Sayán. “En Latinoamérica somos campeones en planear y en escribir sobre objetivos estratégicos, pero somos flojos en llevarlos a la práctica”, sostuvo Stein recientemente.

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Después de horas de debate a puertas cerradas, los países respaldaron el acuerdo de EE.UU. y Cubas.
Imagen: EFE
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