Desde Moscú

Mientras Rusia bombardea posiciones de Estado Islámico en Siria, agentes rusos detuvieron esta semana a doce personas en Moscú acusadas de tener cinco kilos de explosivos y de planificar un atentado en el transporte de la ciudad. En el Aeropuerto de Domodedovo, una ciudadana kirguiza fue detenida por estar sospechada de ser una recluta del Estado Islámico. Según cifras oficiales, en lo que va del año el FSB (Servicio Federal de Seguridad) evitó 20 posibles ataques terroristas en Rusia.

Esta semana también se conoció que el organismo de vigilancia en Internet, Roskomnadzor, dio de baja unos 900 sitios relacionados con terrorismo, algunos ofreciendo información para cruzar desde Rusia o a través de Turquía a Siria e Irak para unirse a la Jihad. Y otros como plataformas de financiación. Se hacían pasar por agencias de turismo. A su vez el Centro para la Investigación de Protestas Políticas presentó un nuevo software, que se sumará al ya existente Demonio de Laplace, para rastrear en las redes sociales que operan en territorio ruso personas vinculadas al extremismo.

El Servicio Federal de Seguridad ruso informó que unas 800 personas fueron registradas como sospechadas de actuar en actividades terroristas en Rusia y en países de la Comunidad de Estados Independientes (que agrupa a los post soviéticos). Además, 4000 individuos fueron registrados por donar, favorecer o financiar grupos terroristas. Desde el 2010, más de 3700 personas fueron detenidas por estar involucradas en actos terroristas.

El general ruso Nicolai Bordyusha, secretario general de la Organización del Tratado para la Seguridad Colectiva, que agrupa a las ex repúblicas soviéticas de Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajstán, Kirgirizstán, Uzbekistán, dijo que el EI es una amenaza para Rusia y los países integrantes de la CSTO y que es inevitable que el grupo terrorista quiera de un momento a otro alcanzar la frontera de estos países.

Cirilo l, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, una voz muy escuchada en el país, se refirió a la operación en Siria y alertó con declaraciones sonantes que “luego fuimos nosotros quienes sufrimos las consecuencias más graves de estas guerras”.

“La necesidad de la intervención de Rusia en el conflicto sirio era evidente y lógica después del bloqueo de la posible operación terrestre de la OTAN en Siria por parte de Rusia y después de entregar a las autoridades sirias equipos de defensa antimisiles”, afirma un empleado del Servicio de Inteligencia que exige guardar su identidad para contestar preguntas. “Un país tan grande como Rusia no puede concentrarse solamente en sus intereses internos”, aseguró la fuente de Inteligencia. “El nivel de la amenaza terrorista está aumentando y eso sí es preocupante para cualquier ciudadano ruso.”

El conflicto checheno se convirtió de una de las manchas más sangrientas de las últimas décadas para la Federación. Chechenia pertenece al Cáucaso Norte, el territorio en donde se ha detenido la mayor cantidad de inedependentistas islamistas, hoy aliados políticos e ideológicos del EI. Este martes, en una de las ciudades de ese distrito, el FSB comenzó un allanamiento masivo de domicilios en busca de potenciales voluntarios para Estado Islámico.

La opinión pública rusa se muestra ambivalente ante la ofensiva en siria. Por un lado se la vincula al alerta terrorista, por otra parte se acepta que la amenaza que representa EI a nivel global no puede ser ignorada. Natalia Valerievna, ejecutiva de cuentas en un agencia de publicidad, afirma que no tiene miedo de un ataque, aunque reconoce que “la amenaza terrorista existe siempre”. Aún no se decide sobre si está bien la acción militar o no, pero en cierta medida la respalda: “Yo entiendo que cuando un animal corre en tu dirección, no lo podrás parar con palabras; hay que sacar el arma y dispararle. No se puede ignorar un grupo terrorista tan profesional como Estado Islámico’’.