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Que no se puede, que sí. Un día después de declarar que la guerra contra el terrorismo no se puede ganar, el presidente estadounidense, George W. Bush, se retractó ayer y afirmó que Estados Unidos terminará por imponerse. En una entrevista retransmitida en el programa Today de la cadena NBC el lunes, Bush respondió a la pregunta de si se puede vencer la guerra contra el terrorismo: “No creo que se pueda ganar”. Y matizó: “Creo que se pueden crear las condiciones para que quienes usan el terrorismo como arma sean menos aceptables en zonas del mundo”.
Las declaraciones del presidente desataron una fuerte tormenta política que su adversario demócrata en las elecciones, el senador John Kerry, se ha apresurado a utilizar. Pero ayer, Bush indicó en un discurso en Nashville (Tennessee) ante la Legión Americana, el mayor grupo de veteranos de guerra del país, que “nos reunimos en una época de guerra, una guerra que nosotros no empezamos, pero una en la que venceremos”. “Es un tipo distinto de guerra. Puede que nunca nos lleguemos a sentar en una mesa para firmar la paz, pero que no les quepa duda: estamos ganando y terminaremos ganando”, insistió el presidente.
El portavoz de la campaña de Kerry, Phil Singer, indicó que esto demuestra que “Bush es capaz de pronunciar un discurso en el que dice que puede ganar la guerra contra el terrorismo, pero que tiene auténticas dudas sobre su capacidad para lograrlo, y con buen motivo”. El discurso de Bush ante la Legión Americana se produce dentro de una gira por los estados más disputados en las elecciones antes de asistir en Nueva York a la Convención Republicana, donde mañana pronunciará un discurso para aceptar la candidatura de su partido en las presidenciales de noviembre.