A pocos días de su elección como presidente del Perú, Alan García adelantó que su gobierno pondrá especial atención en buscar mejorar las relaciones con Chile, históricamente conflictivas y caracterizadas por la desconfianza mutua. Del lado de Perú, esa desconfianza es alimentada por el agresivo programa de compra de armamento que viene realizando Chile en los últimos años y que ha roto el equilibrio estratégico que existía entre el poderío militar de ambos países. Con ese trasfondo, el gobierno de García buscará mejorar las relaciones con Chile partiendo de su cercanía política con el gobierno de Michelle Bachelet, para quien no se ha guardado ningún elogio. Este acercamiento al histórico rival regional del Perú será una de las prioridades de la política exterior del próximo gobierno peruano. Como para que no queden dudas de sus intenciones, García viajará a fines de la próxima semana a Santiago.

Los elogios de García hacia Bachelet ocultan cierto malestar del gobierno peruano por el gasto militar de Chile. Mientras el presupuesto total de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) peruanas es de unos mil millones de dólares anuales y un Fondo para la Defensa recientemente creado le aporta cada año 45 millones de dólares extras, Chile tiene un presupuesto anual de 600 millones de dólares solamente para la adquisición de nuevo armamento, a los que suma su presupuesto ordinario. Con ese dinero Chile ha comprado diez F-16 nuevos a Estados Unidos, otros 30 F-16 usados a Holanda, modernos tanques alemanes Lepoard 1 y Leopard 2 y submarinos. Esto ha creado un notorio desbalance en el poderío militar de ambas naciones.

“Cuando un país tiene una superioridad militar de tres a uno puede decirse que tiene una ventaja clara que le asegura la victoria. Actualmente la superioridad chilena sobre el Perú es mucho mayor que tres a uno”, le señaló a Página/12 Enrique Obando, un experto en temas militares que entre 2002 y 2004 fue director general de política y estrategia del Ministerio de Defensa y que actualmente es presidente del Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos. “En lo que es fuerza naval la situación es más o menos pareja –precisa Obando–, aunque Chile nos ha sacado algo de ventaja con los submarinos que ha comprado; en la fuerza aérea el Perú le puede oponer, a los 40 F-16 adquiridos por Chile, sus 12 Mirage 2000, 19 Mig 29 y 18 Shukoi 25. Es en el ejército donde la diferencia es más notoria, porque Perú solamente tiene sus viejos tanques rusos T-55 y franceses AMX-13, que son de los años ‘50.”

El problema para el Perú no es solamente la inferioridad en armamento, sino que la mayor parte del que tiene no está en condiciones de entrar en combate por falta de mantenimiento, señaló un militar peruano que comparte la preocupación de Obando. “El presupuesto de las FF.AA. (de Perú) se destina en un 99 por ciento a pagar sueldos y prácticamente no queda nada para el mantenimiento del equipamiento. Entre el 75 por ciento y el 80 por ciento del armamento que tenemos no está operativo”, le señaló a Página/12 el general retirado Roberto Chiabra, ex comandante general de las FF.AA. y ex ministro de Defensa durante el gobierno de Alejandro Toledo.

Sin embargo, Obando estima que el armamentismo chileno no debe preocupar mayormente a los peruanos: “Chile tiene capacidad militar pero no creo que tenga ninguna intención de atacar al Perú para anexarse parte de su territorio. Chile no busca una guerra, pero el poder militar le sirve para, por ejemplo, negarse a negociar el tema de límites marítimos; por eso Perú deberá buscar disminuir esa diferencia militar”.

Farid Kahat, analista de relaciones internacionales de la Universidad Católica de Lima, coincide con esa opinión. “No creo que Chile tenga intenciones de atacar al Perú, pero es difícil convencer de eso a algunos sectores militares”, opinó. Los analistas coinciden en que se abre unescenario favorable para mejorar las relaciones entre ambos países por la coincidencia entre los gobiernos de García y Bachelet. “Con Chile hay una importante agenda para desarrollar. Existe un acuerdo de complementación económica que se puede transformar en un Tratado de Libre Comercio. No hay que olvidar que las inversiones chilenas en el Perú –de unos cuatro mil millones de dólares– son las terceras en importancia, después de las de Estados Unidos y España”, señaló Kahat.