Miércoles, 19 de julio de 2006 | Hoy
EL MUNDO › CONTINUAN LOS ATAQUES. AYER HUBO CASI 40 MUERTOS EN EL LIBANO Y OTRO EN ISRAEL
Las negociaciones para la creación de una fuerza de paz capaz de frenar la escalada bélica avanzan lentamente. Israel anunció que su ofensiva durará “semanas”. Continúa el bombardeo de Gaza y la evacuación de la devastada Beirut.
Mientras Israel y Hezbolá seguían ayer sus ataques provocando casi 40 muertos, la Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró de suma urgencia el despliegue de una fuerza de estabilización en el Líbano. “Es urgente la necesidad de una fuerza de estabilización. Debería asistir en aspectos diplomáticos, humanitarios y para restituir la confianza. Pero primero es necesario un alto el fuego”, declaró el portavoz del organismo, Farhan Haq, quien agregó que el mandato y número de efectivos de esa misión deberán ser decididos por el Consejo de Seguridad.
El portavoz señaló que la fuerza de estabilización debería tener más efectivos que la actual Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (Unifil), que cuenta con 1986 soldados y 99 observadores civiles. Los miembros del Consejo deberán decidir no sólo sobre la creación de esta fuerza de estabilización, sino también debatir sobre el futuro de la Unifil, cuyo mandato expira a fines de este mes. La Unifil está dedicada a mantener la calma y supervisar la “línea azul”, como se conoce la frontera establecida por la ONU cuando Israel se retiró del Líbano en mayo del 2000. Sin embargo, la fuerza ha estado sometida a incesantes críticas porque no pudo impedir la invasión israelí del Líbano en 1982, ni tampoco las recientes acciones de la guerrilla chiíta Hezbolá contra Israel, ni los bombardeos israelíes en represalia.
“Unifil está haciendo lo más que puede para promover el cese de la violencia”, dijo el portavoz de la ONU, quien aseguró que las tropas pacificadoras están en sus posiciones, pese a que tienen ciertas restricciones de movimiento debido a los ataques del ejército israelí. El portavoz manifestó que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, tiene previsto proponer un paquete de medidas para resolver la crisis actual para que el Consejo de Seguridad tome una decisión. “El secretario general y su equipo están trabajando duro con ideas concretas para salir de la crisis actual”, declaró.
El Consejo está a la espera también de una delegación mediadora de la ONU encabezada por su asesor especial, Vijay Nambiar. “Creo que ambas partes (Israel y Líbano) están de acuerdo en que es necesario alcanzar un alto el fuego”, declaró uno de los diplomáticos de esa delegación. A pesar de esto, Israel reiteró que no depondrá las armas. “Continuaremos la batalla contra Hezbolá y seguiremos atacando blancos de esta organización hasta que los militares secuestrados regresen y la seguridad de nuestros ciudadanos esté garantizada”, declaró el primer ministro israelí, Ehud Olmert, tras recibir a la delegación de la ONU.
Con su ofensiva, Israel desea que el ejército libanés se despliegue en la frontera sur del país, una zona controlada hasta ahora por el Hezbolá, milicia que debería retirarse varias decenas de kilómetros de la línea de separación con Israel. “Hay que echar al Hezbolá del sur del Líbano, aplicar la resolución 1559 (sobre el desarme de las milicias), colocar al ejército libanés en esta zona y supervisar la disolución del Hezbolá”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores israelí, Tzipi Livni.
Mientras la diplomacia seguía su curso, las bombas continuaron cayendo de uno y otro lado de la frontera. La guerra entre Israel y la milicia chiíta Hezbolá entró ayer en su séptimo día sin que ninguna de las partes mostrara que está dispuesta a considerar una tregua que ponga fin a la violencia, que ayer provocó 37 muertos libaneses y 88 heridos. Israel bombardeó blancos relacionados con el ejército libanés, entre ellos un cuartel cercano a Beirut, en el que murieron 11 militares. Además, fueron atacados de nuevo el aeropuerto de la capital, que sigue cerrado, carreteras de acceso a Siria y caravanas de camiones que circulaban al norte de la capital. Desde Jerusalén, portavoces militares anunciaron que habían destruido cuatro camiones procedentes de Siria que transportaban armas y municiones destinadas al Hezbolá, en la región de la Bekaa, al noreste del Líbano.
Hezbolá tampoco tiene intenciones de deponer las armas. El grupo islámico reivindicó ayer nuevos lanzamientos de cohetes Al Qassam hacia el norte de Israel, concretamente contra ciudades como Nahariya, Haifa, Safed y Tiberíades, en respuesta a las “continuas agresiones de Israel”. Un israelí murió en uno de estos ataques en Nahariya, ciudad fronteriza con el Líbano, lo cual eleva a 13 el saldo de civiles israelíes que perdieron la vida en estas ofensivas.
El flanco de guerra en Gaza también sigue abierto. Tres palestinos murieron en la Franja, donde el Ministerio de Relaciones Exteriores, bombardeado hace tres días, fue totalmente destrozado por un nuevo ataque aéreo y el norte de Gaza seguía ocupado por los tanques israelíes, que libran una ofensiva constante desde hace semanas. Casi 90 palestinos han fallecido en esa región desde que los tanques israelíes intensificaron su ofensiva terrestre el 5 de julio con el fin de recuperar a uno de sus soldados, capturado el 25 de junio por grupos armados.
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