EL MUNDO › REPORTAJE A UN ARGENTINO QUE AYUDA A EVACUAR ARGENTINOS DE BEIRUT

“Tiemblan los vidrios, no puedo dormir”

Las condiciones de vida empeoran día a día en el Líbano, y para cientos de argentinos que quieren huir quedan solamente dos vías: una terrestre, hacia Siria, por el norte libanés, y otra marítima, hacia Chipre. Muchos de ellos ya fueron evacuados con ayuda de la embajada argentina y de otras organizaciones, como la Liga Libanesa Argentina, presidida por Fadi El Chaer, un ciudadano argentino de origen libanés.

La colectividad argentina en el Líbano reúne a unas 450 personas, la mayoría de las cuales nacieron en el país árabe y optaron por la ciudadanía argentina porque se casaron con argentinos o en algún momento vivieron en este país. “De ese grupo, 30 personas pidieron ser evacuadas, 15 de las cuales ya lo hicieron a través de la embajada argentina y toda la gente que salió llegó bien a destino”, indicó el cónsul argentino en el Líbano, Guillermo Nicolás. La salida por vía marítima se consiguió gracias a un acuerdo diplomático con la embajada de Italia, que cedió asientos en barcos italianos para argentinos que quieran viajar a Chipre. Nicolás indicó que ocho argentinos serán evacuados hoy del Líbano hacia ese país, y otra familia partirá mañana rumbo al aeropuerto sirio de Damasco.

La Liga Libanesa Argentina, dedicada al intercambio cultural entre los dos países, ahora se dedica a sacar argentinos del país árabe. Su presidente, de origen libanés, viajó a la Argentina con su familia a los 19 años, en 1982, para escapar de la guerra civil que azotaba a su país. El Chaer volvió hace aproximadamente diez años al Líbano, guardando los mejores recuerdos del país que lo vio recibirse de odontólogo. Por ello fundó con otros conocidos la Liga, como forma de agradecer todo lo que Argentina hizo por él.

El Chaer vive en Beirut junto a su mujer y un bebé de veinte días. “Tuve que sacar a mi hijo de la ciudad y llevarlo a una casa que tengo en la montaña”, explicó el libanés-argentino, quien es católico y por eso vive en uno de los barrios seguros de Beirut. “El peligro está en el sur de la capital y del país, que son las zonas controladas por Hezbolá. Pero igual escuchamos las explosiones de las bombas, ya que caen a unos pocos kilómetros de nuestra casa”, indicó en diálogo telefónico con Página/12. “No se puede dormir. Tiemblan los vidrios y el edificio”, agregó. El Chaer, quien planea quedarse en Beirut para seguir colaborando con los argentinos de la zona, indicó que las condiciones de vida son pésimas. “La luz está cortada y los grupos electrógenos no dan abasto. Todavía no faltan alimentos, pero sí muchos artículos en los supermercados.”

Informe: Virginia Scardamaglia.

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Dos niños libaneses evacuados al llegar a Sidón en autobús.
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