Domingo, 23 de julio de 2006 | Hoy
EL MUNDO › SIGUE EL ATAQUE PARA DESPLAZAR A HEZBOLA, QUE AYER RESPONDIO CON 120 MISILES
Mientras avanzan las negociaciones en la Franja de Gaza, arde el frente libanés donde ayer se registraron fuertes combates cerca de la frontera, en la que comandos israelíes buscan establecer una “franja de seguridad”, mientras Condoleezza Rice llega a la región y Kofi Annan exige un cese del fuego para paliar la crisis humanitaria.
Por Donald Macintyre *
Desde Jerusalén
Tropas y tanques israelíes operaban ayer en varios kilómetros al interior del sur del Líbano, mientras surgían esperanzas de que se había acordado un cese del fuego en uno de sus dos frentes de batalla. Ayer muy tarde, importantes funcionarios palestinos anunciaron que los grupos militantes en la Franja de Gaza decidieron detener el lanzamiento de misiles contra Israel a medianoche.
El cese del fuego unilateral tiene como objetivo la detención de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza que comenzó el 28 de junio, tres días después de que militares atacaron un puesto del ejército israelí, matando a dos soldados y capturando a un tercero. El acuerdo habría sido logrado en la ciudad de Gaza después de reuniones entre miembros de Hamas y la Yihad Islámica, que han sido culpados por muchos de los ataques con cohetes en el sur de Israel. Sin embargo, miembros de ese grupo fundamentalista sembraron la duda cuando salieron más tarde a desmentir el acuerdo.
Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que una invasión terrestre del Líbano significaría “una escalada muy seria de la guerra” y se informó que Estados Unidos habría adelantado el envío de un pedido de bombas de precisión guiadas a Israel para utilizar en su conflicto con Hezbolá, que ya lleva 10 días. En el terreno, tropas y tanques apostados en la frontera norte comenzaron lo que los funcionarios israelíes dijeron que serían probablemente una serie de avances dentro del territorio libanés, para buscar bases de Hezbolá y explorar el nivel de resistencia.
Mientras esto está lejos de ser –hasta ahora– la dura ofensiva terrestre solicitada por algunos políticos de la derecha israelí, la operación parecía constituir la primera fase de un esfuerzo para asegurar una zona tapón de un kilómetro y medio en la frontera libanesa con Israel. Integrantes de las operaciones de paz de Naciones Unidas dijeron que fuerzas israelíes se retiraron el viernes por la noche de la localidad de Marwaheen, pero aún estaban presentes más al este, en Maroun al Ras, donde murieron seis soldados después de chocarse con una dura resistencia de fuerzas de Hezbolá la semana pasada.
El general Ido Nehushtan, director de política y planificación de la Fuerza de Defensa israelí, dijo anoche que la expansión de las operaciones de localización de los últimos días se realizaba para “cambiar la realidad” en la frontera y para prevenir el lanzamiento de cohetes y la repetición de los ataques en los que son secuestrados soldados.
El bombardeo aéreo, cuyo objetivo declarado se ha extendido significativamente más allá de “inutilizar a Hezbolá”, ha matado a 348 personas, la mayoría de las cuales eran civiles. Tres personas murieron en ataques aéreos en el sur ayer. Los israelíes también atacaron cerca del puerto de Tiro, destruyeron cinco camiones y bombardearon torres de comunicación y de transmisión televisiva en el centro y norte del Líbano, en los primeros ataques en el corazón cristiano del país en once días de ofensiva. La principal cadena de noticias privada del país, la Lebanese Broadcasting Corporation (LBC), dejó de salir al aire luego de que aviones lanzaron misiles contra una torre de transmisión en Fatqa, en el centro, y de otra torre en Terbol, precisaron las fuentes. Mientras 120 cohetes de Hezbolá impactaron comunidades en el norte de Israel, testigos libaneses informaron que vieron el lanzamiento de proyectiles desde campos alrededor del pueblo de Marjayoun.
Decenas de miles de libaneses huyendo hacia el norte entraron al puerto de Sidón para escapar de la ofensiva israelí. Annan dijo que el conflicto desplazó hasta ahora a por lo menos 700.000 libaneses, y la destrucción de puentes y rutas ha dificultado el acceso a ellos. “Tengo miedo de que se produzca un gran desastre humanitario”, dijo a CNN. Como parte de un esfuerzo para impedir una posible crisis humanitaria, Israel disminuyó su bloqueo de los puertos del Líbano para permitir la llegada de las primeras cargas de asistencia humanitaria. Todavía no quedaba claro cómo llegaría la ayuda a las aisladas ciudades y pueblos del sur, donde se ha centrado la batalla. A lo largo del sur del Líbano, la población atascaba las rutas en un intento de hacer caso a los panfletos que sugerían buscar lugares seguros al norte del río Litani. Sin embargo, testigos dijeron a las agencias de noticias que un ataque aéreo israelí impactó ayer uno de los pocos cruces del río que quedaban, dejando a cientos de personas atrapadas en el sur por horas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.
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