La oposición paraguaya está decidida a desbancar a los colorados del poder. Tras el anuncio de la candidatura a la presidencia del ex obispo de San Pedro Fernando Lugo, ayer se presentó el Movimiento Paraguay Posible (MPP), una nueva fuerza que apoyará al religioso. En tanto, el oficialismo lanzó duras críticas al ex obispo, quien lidera las encuestas de cara a las elecciones del 2008 y es considerado como el único que puede aglutinar a la oposición al Partido Colorado.

El ex obispo Lugo renunció al sacerdocio el 21 de diciembre pasado y en Navidad anunció que se había puesto “al servicio del pueblo paraguayo a través de la política”. Ayer, en un acto celebrado en un hotel de Asunción, el hermano del ex obispo, Pompeyo Lugo, se presentó como coordinador del MPP. El movimiento, que agrupa asociaciones civiles, sindicales y de izquierda, se suma a otras organizaciones coordinadas por el religioso, como Resistencia Ciudadana, que en marzo pasado congregó a más de 30.000 personas para protestar en contra del presidente Nicanor Duarte Frutos, y la Concertación Nacional, constituida en agosto último por los cinco partidos de oposición con representación parlamentaria.

Los colorados ya sienten la amenaza de la participación del ex obispo en las elecciones. La crítica más furibunda provino ayer del vicepresidente Luis Castiglioni, probable candidato del oficialismo. “Monseñor Lugo es un manipulador y farsante, porque vistiendo la sotana hace más de un año venía formando pequeñas células políticas para sustentar su candidatura, en forma paralela a su labor pastoral y eclesiástica”, afirmó.

En tanto, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) calificó ayer de “rebelde” al ex obispo. “Monseñor Lugo está en situación de rebeldía, exponiéndose al castigo de la excomunión”, afirmó el presidente de la CEP, monseñor Ignacio Gogorza. La advertencia fue confirmada por el prefecto de la Congregación de Obispos, Giovanni Battista Re, quien por medio de una admonición canónica exhortó a Lugo a deponer su actitud al considerar que “la política no es congruente con la misión sacerdotal y episcopal”.