El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, dijo ayer que Irán estaría dispuesto, en cooperación con Arabia Saudita, a “llenar el vacío” que podría causar una eventual retirada de las tropas estadounidenses y británicas de Irak. En una conferencia de prensa en Teherán, Ahmadinejad les pidió a Estados Unidos y a Gran Bretaña que abandonaran el territorio iraquí, ya que “si continúan allí 50 años, la situación de inseguridad se complicaría aún más”. También acusó a las fuerzas de ocupación de estar detrás de la inseguridad y del conflicto sectario en Irak.

“El poder político de los ocupantes está colapsando rápidamente”, dijo Ahmadinejad. “Pronto veremos un enorme vacío de poder en la región. Por supuesto, estamos preparados para llenar ese hueco, con la ayuda de vecinos y amigos en la región como Arabia Saudita, y con la ayuda de la nación iraquí.” Ahmadinejad no explicó cómo llenaría Irán el vacío en Irak y sus palabras fueron interpretadas en el marco de la impaciencia iraní por incrementar su rol en la escena política de en la región.

El presidente iraní, cuyo país tiene una especial influencia sobre los chiítas de Irak, acusó a Estados Unidos de interferir en los asuntos internos de Irak, después de que Wa-shington dijera que los esfuerzos del primer ministro del país, el chiíta Nuri Al Maliki, para reconciliar a los divididos sunitas, chiítas y kurdos del país no eran suficientes. También rechazó las acusaciones de Washington contra Teherán de interferir en los asuntos de ese país.

Estados Unidos ha acusado consistentemente a Irán de brindar ayuda a los extremistas chiítas en Irak y está considerando declarar a la Guardia Revolucionaria de Irán una fuerza terrorista por su apoyo a los militantes chiítas para ponerle más presión a Irán, que ya soporta la presión de las sanciones de la ONU por su programa nuclear. Ahmadinejad dijo que ante ese paso Irán respondería. “Saben que cualquier acción contra la nación iraní sería contestada con una respuesta adecuada”, dijo Ahmadinejad, él mismo un ex comandante de la Guardia. Pero también dijo que “era improbable que el gobierno estadounidense tomara una dirección tan ilógica. Creo que sería un chiste”.

Por otro lado, el presidente iraní instó a Occidente a dar por terminada la disputa sobre el polémico programa nuclear de Teherán. La nueva cooperación del país asiático con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) “demuestra, una vez más, que todas las actividades nucleares de Irán son perfectamente legales”, dijo el mandatario a periodistas. En consecuencia, subrayó que “el tema debería ser archivado”. Al mismo tiempo, volvió a asegurar que su país dispone de los conocimientos y recursos humanos necesarios para lograr una industria propia de combustible nuclear. Irán, aseguró, nunca aspiró a nada que escapara al Tratado de No Proliferación Nuclear, del que es firmante y que asegura el derecho a la utilización de energía nuclear con fines civiles.

El ultraconservador líder iraní reiteró que las actividades atómicas de Irán “continúan de forma normal en el marco de las leyes internacionales y la cooperación con el OIEA”, al tiempo que recalcó que “son meramente pacíficas”. Se refirió al “plan marco” acordado hace una semana entre Irán y el OIEA para solucionar las cuestiones pendientes y sobre el que dijo que “consideramos que el caso atómico iraní está cerrado”. Además, restó importancia a los intentos de “dos o tres potencias” occidentales de endurecer las sanciones internacionales contra la república islámica por su negativa a abandonar el enriquecimiento de uranio. “No estamos preocupados por movimientos de este tipo, ya que estamos cooperando con el OIEA y tenemos un programa para resolver todos los problemas”, dijo Ahmadinejad.