Hugo Chávez habría recibido la señal que esperaba de las FARC. Un diario colombiano y uno venezolano coincidieron ayer en afirmar que el presidente bolivariano habría recibido durante el fin de semana pasado una oferta de la guerrilla. Ninguno de los dos gobiernos quiso confirmar la versión. Sin embargo, tampoco la desmintieron, como en otras oportunidades. El canciller venezolano Nicolás Maduro se limitó a decir que hay que tener confianza, paciencia y prudencia. “Todo va a salir bien”, señaló, alimentando las esperanzas de los familiares de los 45 secuestrados canjeables.

Los rumores parecieron ganar aún más fuerza cuando el gobierno venezolano informó que Chávez había decidido suspender su gira por Africa para viajar a Bogotá el viernes próximo. Según anunció ayer la Cancillería colombiana, el eje del viaje será el encuentro entre el mandatario y Alvaro Uribe. La agenda, explicó el canciller Fernando Araújo, se centrará en las negociaciones por el intercambio humanitario y, en segundo plano, algunos temas de cooperación bilateral. Todavía no está claro si la visita de Chávez durará un día o dos.

Por ahora, lo único que se sabe es lo que publicaron el diario de Bogotá El Tiempo y el caraqueño Ultimas Noticias. Según el primero, “agentes diplomáticos venezolanos de entera credibilidad” aseguraron que Chávez recibió una propuesta de las FARC, pero optaron por no revelarla para no perjudicar el proceso. La propuesta sería la verdadera razón del viaje de último momento a Bogotá. Una versión similar difundió el diario de Caracas. En su caso citaron a una fuente cercana a las negociaciones y señalaron que el mensaje de la guerrilla habría sido entregado en mano a Chávez por la senadora colombiana Piedad Córdoba. Córdoba es una férrea opositora del presidente Uribe, quien no obstante la nominó dos semanas atrás para actuar como intermediadora en las negociaciones con las FARC y lograr un acercamiento con el gobierno de Caracas.

La semana pasada, durante su encuentro con algunos de los familiares de los secuestrados, Chávez había pedido una señal al líder de las FARC, conocido por los alias Tirofijo o Manuel Marulanda Vélez. La guerrilla rompió el silencio el domingo pasado. El número dos del grupo armado, Raúl Reyes, agradeció las buenas intenciones del presidente venezolano, pero rechazó su primera oferta: la liberación de los secuestrados en territorio venezolano.

La diferencia que sigue enfrentando al gobierno de Uribe y las FARC es la cuestión de la desmilitarización de la zona en donde se realizaría la liberación de los rehenes. La guerrilla condiciona cualquier acuerdo a la desmilitarización de los dos municipios del sudeste colombiano, Padrera y Florida. Bogotá, en cambio, rechaza cualquier fórmula que incluya este requisito. La última oferta pública que presentó Uribe fue la de un canje sin condiciones. Una vez concretadas las liberaciones, el gobierno aceptaría crear durante 90 días una “zona de encuentro” –tampoco habría una desmilitarización allí– para comenzar a negociar un proceso de paz con la cúpula guerrillera.

No se sabe si la oferta de las FARC realmente existe y, de hacerlo, qué plantea. Lo que se da por descontado es que la guerrilla no renunciará al pedido de desmilitarización. El viernes próximo, Chávez tendrá la difícil tarea de lograr que sea Uribe quien dé el brazo a torcer.